Actualizado 14/01/2009 19:41

Zimbabue sufre de malnutrición, tuberculosis y ántrax en una catástrofe provocada por la mano del hombre

MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un equipo internacional de médicos y defensores de los Derechos Humanos reunidos por Médicos para los Derechos Humanos (PHR, por sus siglas en inglés) han realizado una evaluación de emergencia sobre la crisis sanitaria de Zimbabue en la que aseguran que el sistema sanitario del país está en un completo colapso.

El informe subraya que la epidemia de cólera sólo es un síntoma de un colapso total en un país en el que se incrementa la mortalidad materna, la malnutrición, la interrupción en los tratamientos para seropositivos, la tuberculosis que se propaga sin límite y los brotes de ántrax. También destaca las violaciones de los Derechos Humanos y explica por qué el régimen del presidente, Robert Mugabe, debe responsabilizarse de este desastre provocado por la mano del hombre.

"El informe documenta que al pueblo de Zimbabue se le niega lo indispensable para vivir, como el acceso al cuidado sanitario, comida, agua potable, incluso la vida", declaró el arzobispo Desmond Tutu, que firma el prólogo del informe. "El mundo debe tomar acciones contra el régimen de Mugabe por estos crímenes contra la Humanidad", añadió.

La organización médica también señala que el régimen de Mugabe suprimió intencionalmente las primeras informaciones sobre la epidemia de cólera y desde entonces ha negado su gravedad. El ministro de Información y Publicidad, Sijanyiso Ndlovu, ordenó a los medios de comunicación controlados por el Estado que minimizaran la epidemia, ya que, según Ndlovu, ha proporcionado una oportunidad a los enemigos del país para ejercer una presión mayor para que Mugabe dimita.

El PHR también escuchó de varias fuentes que aseguraban que el Gobierno ha suprimido la información relacionada con el incremento de la malnutrición. En una de las entrevistas, preguntó a una enfermera de una clínica pública situada en un distrito rural si había visto casos de malnutrición, a lo que respondió que "la malnutrición es política. Suponemos que no hay hambre en Zimbabue, así que, incluso si vemos casos, no podemos informar sobre ellos".

Antes de que el partido del Gobierno, el ZANU-PF, nacionalizara las instituciones municipales de tratamiento de aguas en 2006, el tratamiento de las mismas y los sistemas de distribución funcionaban aunque fuera de forma no continuada. Sin embargo, el informe asegura que el régimen politizó el sistema de aguas para conseguir beneficios políticos y económicos.

Todos los residentes de Harare entrevistados aseguraron que la recogida de basuras había terminado. Los investigadores del informe pudieron comprobar que los detritus desbordan las calles, un hecho que ha contribuido de forma clara a la actual extensión de la epidemia de cólera.

Por otra parte, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha manifestado que el 45 por ciento de la población, 5,1 millones de personas, necesitarán ayuda alimentaria a principios de este año para sobrevivir. El informe señala que la producción agrícola ha descendido hasta un 70 por ciento durante los útlimos siete años y denuncia que el Gobierno del ZANU-PF ha exacerbado la inseguridad alimentaria durante el año pasado mediante el bloqueo de las organizaciones de ayuda humanitaria.

La ONU también ha alertado de que el cólera se ha extendido a todas las provincias del país, y que el índice de muertes acumulativas en el país (que asciende a 2.135 según la última actualización de la Organización de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, la OCHA) ha aumentado cinco veces más de lo que es habitual en los brotes de esta enfermedad.

El informe apunta a que el origen de la epidemia actual parece provenir del fracaso del Gobierno en mantener las medidas de purificación de agua y en la supervisión de los sistemas de alcantarillado.

Hasta el pasado 4 de diciembre, el Ministerio de Sanidad de Zimbabue no respondió al brote de cólera declarando la emergencia nacional, algo que el PHR asegura es una negligencia, ya que la actuación se tomó cuatro meses después del comienzo del brote de la enfermedad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha declarado que al menos ocho personas han muerto y 200 están infectadas de ántrax. Estos casos están atribuidos a la ingestión de animales que han muerto por esta enfermedad. Normalmente, los zimbabuenses evitan comer animales que han fallecido debido a alguna enfermedad, pero parece que estos casos han sucedido en las zonas rurales, que carecen de alimentos, donde sus habitantes escarban entre la carroña.

Las cifras del Programa Conjunto de Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA) muestran que Zimbabue padece una epidemia generalizada de sida tipo 1. En 2007, cerca de 140.000 zimbabuenses murieron de esta enfermedad, y la cifra actual es de 400 muertos diarios. Los investigadores del PHR aseguran que recibieron informaciones comprobadas procedentes de los donantes y de los pacientes de sida que hablaban de que responsables gubernamentales del ZANU-PF habían saqueado 7,3 millones de dólares procedentes del Fondo Global para el sida, la tuberculosis y la malaria. Tras el escándalo público que suscitó, el Banco de la Reserva controlado por el ZANU-PF devolvió el dinero robado.

Según la organización sanitaria, una de las medidas para combatir este colapso sería que el Consejo de Seguridad de la ONU, actuando según su autoridad bajo el artículo 41 de la Carta de Naciones Unidas, debería promulgar una resolución referente a la crisis en Zimbabue ante el Tribunal Penal Internacional (TPI).

Esta resolución movería la investigación y comenzaría el proceso de recoger documentos y pruebas que apoyen el cargo de crímenes contra la Humanidad y pueda resolverse la situación de un país en el que la esperanza de vida en Zimbabue ha descendido de forma dramática; desde los 62 años en 1990 hasta los 34 años para los varones y los 37 para las mujeres, una cifra que se registró en 2006.