Actualizado 02/02/2017 15:31

Arzobispo e imán africanos sobre Trump: "Meter a todos en el mismo saco es un buen camino para radicalizarlos"

El cardenal arzobispo de Bangui (RCA) y el imán de la misma ciudad
EUROPA PRESS

Ganadores del Premio a la Fraternidad de la revista 'Mundo Negro'

MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -

El cardenal arzobispo de Bangui, Dieudonné Nzapalainga, y el imán de la misma ciudad Kobine Layama han rechazado la medida del nuevo presidente de los EEUU, Donald Trump, de prohibir la entrada en el país a los ciudadanos de un grupo de países mayoritariamente musulmanes, al considerarla innecesaria y el cardenal ha advertido al presidente norteamericano de que "meter a todos en el mismo saco es un buen camino para radicalizar al resto de la gente que es buena".

"Es bueno que los que han hecho el mal sean sacados a la luz, pero no lo es tomar a toda una población como prisionera por una decisión. El repliegue sobre sí mismo le hace a uno cada vez más pequeño y termina por ahogarle. Estamos llamados a la mundialización y a abrir los brazos para acoger al otro, al diferente, ha incidido Nzapalainga.

Ambos, el cardenal y el imán, han sido galardonados esta semana con el Premio a la Fraternidad que concede la revista 'Mundo Negro', en reconocimiento por el proyecto de diálogo y convivencia interreligiosa que han emprendido en República Centroafricana (RCA), un país marcado por la violencia religiosa entre los Seleka (principalmente musulmanes) y los Antibalaka (mayoritariamente cristianos).

Durante su visita a Madrid para recibir el galardón y participar en el 'XXIX Encuentro África' que celebran los Misioneros Combonianos, ambos se han mostrado convencidos de que "el diálogo entre religiones está en el fundamento del Cristianismo y del Islam" y han hecho hincapié en la necesidad de educar para terminar con la violencia.

El cardenal se ha mostrado convencido de que el origen de la violencia reside precisamente en "el miedo al diferente" y al "extranjero" y en el "desconocimiento" y la "ignorancia" hacia el otro y acerca de la propia religión. Por ello, ha incidido en que la única forma de superar la violencia es "dar un salto hacia el otro" y apostar por la educación.

En este sentido, el imán Layama ha destacado el caso de RCA, donde "muchos cristianos pensaban que todos los muslumanes son Seleka y muchos musulmanes pensaban que todos los cristianos son Antibalaka", lo que contribuía a perpetuar la violencia entre los fieles de ambas confesiones.

"La violencia descansa sobre la ignorancia. Generalmente solo quien no conoce su religión puede actuar con violencia, y muchos de los extremistas están en una profunda ignorancia de su religión. El profeta decía que el logro de la religión está en la ciencia y que el mal es la ignorancia. Por eso estamos totalmente de acuerdo con el cardenal en que el tema de educar es fundamental, para que nuestra gente salga de la ignorancia", ha asegurado.

AMENAZADOS DE MUERTE

Tanto Layama como Nzapalainga son los impulsores de una metodología de trabajo que, según explican, se ha exportado a otras comunidades en países como Alemania, Holanda y EEUU. "Somos africanos y negros y hemos dado a luz a hijos blancos", bromean.

Pese a que han recibido amenazas de muerte por la labor de impulsar el diálogo interreligioso en la capital centroafricana, el trabajo que empezaron "está creciendo" gracias a la colaboración de más personas, adultos y jóvenes, de las comunidades cristiana y musulmana de la ciudad.

"Éramos bien conscientes de que nosotros dos no somos eternos. Hemos querido compartir esta convición con nuestros hermanos creyentes de unas confesiones y otras. En medio de la crisis llamamos a jóvenes católicos, protestantes y musulmanes para que vinieran con nosotros y nos ayudaran a reflexionar. Les dijimos: dadnos soluciones", explica Dieudonné Nzapalainga.

Según relatan, pese a que esperaban contar con el apoyo incondicional de los jóvenes para acabar con la violencia, en un primer momento ocurrió todo lo contrario. "Nos sorprendió mucho que lo que hacían los jóvenes era acusarse unos a otros diciendo: 'fuisteis vosotros los que empezasteis'. Fuimos los adultos quienes tuvimos que decirles: no hemos venido aquí para pelearnos", explican.

COLABORACIÓN DE JÓVENES Y MUJERES

Desde entonces, los jóvenes se han convertido en "misioneros" en sus propios barrios para tratar de disolver la polarización entre miembros de unas confesiones y otras, tarea que los impulsores de la plataforma han extendido a las mujeres para que "hablaran a sus maridos y que estos tuvieran una visión diferente del otro, del que no es como ellos".

En la actualidad, además de esta labor de difusión, los jóvenes "han comenzado ahora a organizar encuentros religiosos, deportivos, interculturales" y a "regar esa planta que ahora ellos están haciendo crecer", cuenta el imán.

El cardenal arzobispo de Bangui ha señalado que una prueba de que el trabajo está cosechando frutos se vio durante la visita del Papa Francisco al país, en noviembre de 2015, cuando el arzobispo no había podido llegar todavía al estadio donde se iba a celebrar el encuentro con el Pontífice y el imán llegó antes. "Cuando el imán entró en el estadio, toda la población se puso en pie para aclamarle", explica.

Tanto el representante católico como el musulmán han hecho hincapié en la importancia de que el trabajo se siga desarrollando desde la sociedad civil, aún cuando la Unión Africana ha señalado su metodología como un modelo a seguir por parte de los países del contintente. Ellos afirman que "no son políticos y no quieren hacer política" y piden que se respete su independencia y no intenten manipularles.

"La violencia viene cuando eres pobre, sufres y crees que puedes arreglar las cosas con la violencia. Tenemos que educar a la gente, decirles que no es la fuerza la que tiene la última palabra, tampoco la fuerza verbal, sino la acogida, la dulzura y la aceptación de la diferencia. Generalmente el que no da ojo, por ojo, el que no hace violencia, se le considera una persona débil, cuando es todo lo contrario: la violencia es un engranaje que nos lleva a la muerte", concluyen.