Actualizado 24/07/2012 16:30

Condenado a un máximo de 20 años de internamiento en centro psiquiátrico por asesinar a su madre en Lasarte (Guipuzcoa)

SAN SEBASTIÁN, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un joven, aquejado de esquizofrenia, ha sido condenado a un máximo 20 años de internamiento en un centro psiquiátrico y a indemnizar con 45.352 euros a su hermano por asesinar a su madre, a la que torturó hasta causarle la muerte, en la localidad guipuzcoana de Lasarte-Oria.

En la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia de Guipúzcoa, fechada el pasado miércoles y contra la que cabe interponer recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), se condena a A.S.V., de 25 años y natural de San Sebastián, como autor no culpable de un delito de asesinato al concurrir la eximente completa de alteración psíquica.

El condenado será internado durante un máximo de 20 años en un centro psiquiátrico no pudiendo salir del mismo sin autorización del Tribunal. El juicio con tribunal jurado a A.S.V. se desarrolló a principios de este mes a puerta cerrada en la Audiencia de Guipúzcoa.

El tribunal del jurado que juzgará durante esta semana a un enfermo mental acusado de torturar a su madre hasta la muerte en un domicilio de Lasarte-Oria (Guipúzcoa) ha acordado este martes que la vista tenga lugar a puerta cerrada en atención a las especiales circunstancias que concurren en este caso.

El Ministerio Público pedía 25 años de internamiento en centro psiquiátrico para este joven al que acusaba de torturar brutalmente hasta la muerte a su madre, junto a la que residía, tras haberse fugado de un hospital psiquiátrico durante un permiso de salida.

En la sentencia se considera probado que el acusado acudió el 19 de febrero de 2010 sobre las 03.00 horas al domicilio familiar "con ánimo de dar muerte a su madre". Para ello recurrió a diversos utensilios, tales como un destornillador, un punzón, espátulas o una navaja.

Tras golpear a la víctima en la cabeza le clavó las citadas herramientas en diversos lugares de su cuerpo provocándole 52 lesiones que le causaron la muerte por "destrucción de centros vitales encefálicos".

En la sentencia se apunta que el joven que padece esquizofrenia paranoide tenía sus facultades intelectivas y volitivas "anuladas" en el momento del crimen, así como que recurrió a los "métodos idóneos" para "garantizar" la muerte de su progenitora y "eliminar cualquier tipo de posibilidad de defensa" por parte de la misma. Además, se deduce un pronóstico de comportamiento delictivo futuro de este sujeto "peligroso para sí y para terceros".