Actualizado 06/03/2009 18:27

El 'monstruo de Amstetten' asume que pasará el resto de su vida en la cárcel

Josef Fritzl será juzgado a partir del 16 de marzo por asesinato, privación de libertad, incesto, violación y coacción


VIENA, 6 Mar. (Reuters/EP) -

Josef Fritzl, el austríaco de 73 años que mantuvo encerrada durante 24 años a su hija y padre de los siete hijos de ésta, está convencido de que pasará el resto de su vida en la cárcel, según informó hoy su abogado.

Más conocido como el 'monstruo de Amstetten', la ciudad donde ocurrieron los hechos, Fritzl será juzgado a partir del 16 de marzo por la muerte de uno de los hijos-nietos que tuvo con su hija Elisabeth así como por otros cinco cargos, entre los que se incluye el incesto.

"Tiene 73 años. (La duración de) la sentencia no tiene ninguna importancia para él", aseguró el abogado de Fritzl, Rudolf Mayer, en declaraciones a la agencia estatal austríaca APA, por lo que añadió que su cliente ha asumido que va a pasar el resto de su vida entre rejas.

Cuando fue detenido en abril del año pasado y se formuló la acusación formal, el propio Fritzl se declaró culpable de los cargos de privación de libertad, violación, incesto y coacción, aunque se defenderá del cargo de asesinato, explicó Mayer.

El abogado, que rechazó hablar con medios extranjeros, defendió a su cliente diciendo que no es un "monstruo sexual", en referencia a los titulares de la prensa austríaca, y afirmó que "quería" a su hija Elisabeth "a su manera".

Los fiscales del caso dicen que Fritzl podría pasar entre 10 y 15 años en prisión o ser condenado a cadena perpetua. Se espera que el veredicto se anuncie el próximo 20 de marzo tras un juicio que está previsto que dure cinco días.

Fritzl encerró a su hija Elisabeth en el sótano de la casa familiar en la localidad austríaca de Amstetten en el año 1984, cuando la joven tenía 18 años. Durante 24 años, Elisabeth vivió en ese sótano de 50 metros cuadrados, acondicionado como una casa, y fue madre de ocho hijos fruto de las violaciones de su padre.

Uno de los niños nació muerto y la Policía asegura que Fritzl se deshizo del cadáver en un horno. Tres de los niños vivieron siempre con Fritzl y su mujer, Rosemarie, que creía que los menores habían sido abandonados por Elisabeth en la puerta de la casa por no poder ocuparse de ellos. Los otros tres hijos-nietos de Fritzl crecieron en el sótano con su madre.

Elisabeth y sus hijos viven ahora bajo una nueva identidad y en un lugar que no ha sido revelado por las autoridades para preservar su intimidad, casi un año después de que el caso saliera a la luz a raíz del ingreso en el hospital de la hija mayor por una enfermedad relacionada con el incesto.