Actualizado 15/10/2008 17:49

La Comunidad de Madrid exige al Gobierno que la expulsión de una cooperante en Cuba "tenga consecuencias"

Regojo: "Cuando me quitaron el móvil y el reloj, y me explicaron que era para que no tuviera referencias temporales me dio miedo"


MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Comunidad de Madrid exigió hoy al Gobierno central que la expulsión de Cuba de la presidenta de la Fundación CUME, Gracia Regojo, cuando desarrollaba un programa de ayuda financiado por el Gobierno regional "tenga consecuencias".

El consejero de Inmigración y Cooperación, Javier Fernández Lasquetty, que hoy recibió a la cooperante en la sede de su departamento, acusó al Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero de que su "única" respuesta a esta situación ha sido el estudio de un plan que prevé el envío de 400 millones de euros al país centroamericano, como adelantó ayer el Gobierno.

El consejero mostró su "orgullo y satisfacción" por la actuación de esta mujer, que a su juicio, "fue expulsada sin motivo o explicación, y esa situación es inadmisible". Por ello, habló con la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez, y mandó una carta al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para trasladarles que considera este caso "muy grave" y que "debe tener consecuencias".

"En principio me dijeron que sí, pero hoy ya sabemos cuáles son las consecuencias y es que el Gobierno español le entrega al Gobierno cubano 400 millones de euros para que continúe con su tiranía", señaló el consejero, quien añadió que este dinero "no es para el pueblo cubano, que probablemente no verá nada".

Asimismo, el responsable de Cooperación de la Comunidad de Madrid señaló que "como español" siente "vergüenza" de que el Gobierno "regale el dinero de todos los españoles a una tiranía que lleva 50 años oprimiendo a los cubanos, reprimiéndoles y encarcelando a los que piensan diferente". "Es peor que indignante", recalcó.

RECLUIDA EN UN CENTRO DE INTERNAMIENTO

Regojo, que aún no sabe la razón de su expulsión, relató su periplo desde que el momento en que no la dejaron entrar a Santiago de Cuba, donde realizaba las actuaciones de cooperación, hasta que cogió el vuelo de regreso a España. La mayor parte del tiempo estuvo en La Habana, donde estuvo recluida en un centro de internamiento despojada de todas sus pertenencias, y en total pasaron en torno a unas 48 horas.

"Vinieron a por mí tres oficiales del Ministerio de Interior que me dijeron que me iban a explicar lo que estaba pasando, pero cuando llegué a lo que yo creía que era el Ministerio, me hicieron pasar a una habitación donde había una pareja de militares que me explicó que aquello era un centro de internamiento y que íbamos a ver si averiguábamos por qué estaba yo allí", relató la cooperarte.

Finalmente, la intermediación del cónsul general de España en Cuba, Barrios Almazor, consigió el regreso a España de la cooperante. Ésta señaló los militares cubanos la trataron "muy bien, con mucha educación", pero que en ciertos momentos sintió miedo. "Cuando me quitaron el móvil y el reloj, y me explicaron que era para que no tuviera referencias temporales me dio miedo", dijo.

En cuanto al motivo de la expulsión, Regojo señaló que tenía los trámites en regla y que a pesar de tener sus opiniones personales respecto al sistema político de Cuba "nunca" ha dicho "en alto nada en contra del régimen". "Llevo diez años yendo a Cuba con los mismos papeles", recalcó, al tiempo que mostró su intención de volver al país caribeño.

Asimismo, la cooperante agradeció al coordinador de Presidencia y Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, a Almazor, a los medios de comunicación y a los militares de Cuba "el trato y el apoyo recibido".