Actualizado 06/03/2012 14:23

Bruselas ve "totalmente inaceptable" que siga habiendo mutilación genital femenina

Pobreza en Nigeria
AKINTUNDE AKINLEYE / REUTERS

Senegal podría convertirse en el primer país del mundo que abandona totalmente esta práctica en 2015


BRUSELAS, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

El comisario europeo de Desarrollo, Andris Piebalgs, ha considerado "totalmente inaceptable" que siga existiendo "en el siglo XXI" la práctica de la mutilación genital femenina.

"Veo totalmente inaceptable que en el siglo XXI esta práctica, que claramente es una violación de los Derechos Humanos, todavía tenga lugar", ha denunciado en comunicado el comisario europeo en vísperas del Día Internacional de la Mujer, que se celebra este jueves.

Piebalgs ha subrayado la importancia de "aumentar la conciencia sobre el riesgo" que entraña esta práctica y ha celebrado que "miles" de mujeres se hayan salvado de esta práctica en Egipto, Eritrea, Etiopía, Senegal y Sudán en los últimos años, gracias a un proyecto de cooperación entre la UE y UNICEF al que Bruselas ha contribuido a financiar con cerca de cuatro millones de euros entre 2008 y 2012.

Se espera que Senegal se convierta en el primer país en todo el mundo que ponga completamente fin a esta práctica, algo que se espera para 2015. En la última década, más de 5.300 comunidades locales han abandonado esta práctica, que afecta al 28 por ciento de las menores y mujeres de entre 15 y 49 años en el país africano.

En el caso de Egipto, el número de familias que se han sumado al programa de la UE y UNICEF ha pasado de las 3.000 en 2007 hasta las 17.772 en 2011, según datos del Ejecutivo comunitario. La mutilación genital afecta al 91% de las mujeres en Egipto, aunque se está reduciendo sobre todo esta práctica entre las menores más jóvenes, mientras que en Etiopía el número de mujeres afectadas ha bajado del 80% al 74% entre 2000 y 2005, según datos del Ejecutivo comunitario.

Alrededor de 140 millones de mujeres han sufrido algún tipo de mutilación genital en todo el mundo, fundamentalmente en África y en algunos países de Oriente Próximo y Asia, y la tendencia apunta a que cada vez se practica más a una edad más temprana (se suele practicar a menores de entre cinco y once años). Cada año, tres millones de menores sufren complicaciones por esta práctica, es decir, unas 8.000 al día.