MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
La "aculturación" o falta de arraigo cultural de los inmigrantes de segunda generación conlleva a un riesgo "más elevado" de desarrollar trastornos de personalidad, según explicó hoy el psiquiatra vicepresidente de la Fundación para una infancia y adolescencia saludables (CON F.I.A.S), Javier Quintero, durante el III Congreso Internacional Multidisciplinar sobre el Trastorno por Déficit de Atención y Trastornos de la Conducta (TDAH) que tiene lugar hoy y mañana en el hospital Ramón y Cajal.
"Son jóvenes que en su casa viven la cultura del país de origen de sus padres, con la que ellos no se identifican, pero a la vez no pueden asimilarse al país receptor, por lo que se quedan en una especie de tierra de nadie, con un riesgo más elevado de fracaso escolar, exclusión social, trastornos de la personalidad y consumo de drogas", informó el doctor Quintero.
El experto matizó que, aunque en España "todavía" no se está viviendo esa problemática, comienza a atisbarse con fenómenos puntuales y subrayó la necesidad de que haya un "equilibrio" entre la identidad cultural del inmigrante y unos "mínimos comunes que debe asumir".
Durante el Congreso también se van a abordar problemas de salud como los trastornos generalizados del desarrollo -autismo-, que en ocasiones puede ser "muy grave" o el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, que afecta a entre "un 6-8 por ciento de la población".
Sobre esta última patología, que hace años no se conocía y suponía un "calvario" para los niños que la padecían, este experto aseguró que hoy día no tiene que suponer un problema si el niño está "bien diagnosticado y tratado".
En ese sentido, Quintero afirmó que el único riesgo de sobremedicación es que el diagnóstico no sea correcto, puesto que "no todos los niños que no prestan atención o son movidos tienen TDAH". "Pero si el diagnóstico es ajustado, tratamientos como el metilfenidato o la atomoxetina ayudan a corregir las dificultades del paciente para mantener la concentración", añadió.
Asimismo, Quintero insistió en la importancia del abordaje integral, apuntando que además de la medicación es "imprescindible" el papel del colegio y el de los padres, porque si ellos están ausentes en el trabajo diario con el niño, será mucho "más difícil" que se reconduzca su situación".