MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
La cifra de extranjeros que viven en España de forma regular experimentó un crecimiento del 14,27 por ciento en los últimos doce meses, frente al 33 por ciento registrado durante el año anterior, según datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración.
Este es el ritmo de crecimiento más bajo de los últimos cuatro años, sin tener en cuenta los resultados de 2006, que registró un descenso del 2,75 por ciento en comparación con 2005, cuando tuvo lugar el último gran proceso de regularización de inmigrantes.
En concreto, la estadística actualizada a 30 se septiembre revela que en el tercer trimestre de este año vivían en España algo más de 4,2 millones de extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor, lo que supone un crecimiento acumulado en 2008 del 7,43 por ciento (295.807 personas más) y un aumento del 14,27 por ciento respecto a la misma fecha del periodo anterior.
Así, a 30 de septiembre de 2007, el volumen de extranjeros superaba los 3,7 millones de personas y mientras el acumulado del año indicaba un crecimiento del 23,8 por ciento, la cifra se había disparado un 33,88 por ciento respecto a la misma fecha del año anterior.
LOS RUMANOS, LOS QUE MÁS CRECEN
Atendiendo a la procedencia, desde 2005 la colonia extranjera que más ha crecido es la rumana, que ya supera a la marroquí, tradicionalmente más numerosa. La inmigración desde Rumania ha supuesto el 88,75 por ciento del crecimiento de la población foránea en 2008 y en la actualidad, representa el 16,77 por ciento del total de extranjeros que residen en España.
De hecho, con 715.750 habitantes, es la comunidad extranjera que más sigue creciendo en España, con un incremento del 41,54 por ciento en los últimos doce meses, y un 18,52 por ciento en el acumulado del año. Le siguen los polacos, que hasta septiembre son un 18,81 más; los portugueses, que se incrementaron un 15,99 en el mismo periodo y los búlgaros, con un 12,57.
El resto de comunidades extranjeras también han crecido entre junio y septiembre, a excepción de la ecuatoriana y la argentina, que se redujeron en un dos y un cinco por ciento, respectivamente, en comparación con el mismo periodo del año pasado. Son las únicas nacionalidades que experimentaron un retroceso.