Actualizado 26/06/2008 19:50

Agua y Progreso alerta del encarecimiento del agua desalada y acusa al Gobierno de subvencionarla "de forma incorrecta"

VALENCIA, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -

El director de la Fundación Agua y Progreso de la Comunidad Valenciana, José Alberto Comos, alertó hoy de que "desalinizar va a ser todavía más caro" debido al aumento del precio de la energía y las materias primas, al tiempo que acusó al Gobierno central de "estar subvencionando de una forma incorrecta" el agua desalada utilizada por los agricultores españoles.

Comos, en declaraciones a Europa Press, indicó que si el "precio real" del agua desalada, en términos de estructura de costes y sin ningún tipo de subvención por parte de las administraciones, es en la actualidad de 0,70 euros por metro cúbico, éste "perfectamente podría pasar a ser de un euro por metro cúbico".

El responsable de Agua y Progreso, que participó hoy en la I Conferencia Internacional sobre Agua, Sequía, Cambio Climático y Sostenibilidad celebrada en Valencia, aseveró que ese encarecimiento del agua desalada "está produciéndose ya, otra cosa es que el Gobierno de España pueda estar subvencionando de una forma incorrecta", apostilló.

Criticó así la "incorrecta" aplicación que, a su juicio, realiza el Ejecutivo estatal de la directiva marco del agua al considerar que "no es de recibo es que se aplique al Ebro y no se le aplique a nadie más. O se le aplica a todos o no se le aplica a nadie", insistió Comos, quien subrayó que "las normas son generales" y una norma o una ley, por definición, lo es "cuando se le aplica a todos por igual".

En este sentido, José Alberto Comos señaló que adquirir agua desalada a 0,40 euros por metro cúbico "esconde una subvención total y absoluta de más del 30 o el 40 por ciento".

Asimismo, resaltó que el encarecimiento del agua desalada puede conllevar "serias dificultades" para que los agricultores, aunque apuntó que "la autoridad política puede hacer 'precios sociales', pero lo que sí que es cierto es que ese precio social lo pagamos todos los contribuyentes", dijo.

Comos subrayó que la agricultura "cumple un papel fundamental como freno a la desertización, lo que pasa --añadió-- es que tenemos un Gobierno totalmente incompetente en términos económicos" y que rechaza la "opción de tener agua económica, razonable y agua para todos, que es con el trasvase del Ebro, con unos precios del orden de la mitad de lo que cuesta el agua desalada".

"PAGAR EL DOBLE" SIN SENTIDO.

"No tiene sentido tener agua a mitad de precio, que es la del Ebro, pagar el doble por el agua desalada y que podamos llegar a pagar hasta incluso dos terceras partes más que el agua del Ebro", insistió el director de la fundación, quien sostuvo que desalinizar tiene también el "efecto perverso" de que "unos van a poder asumir esos nuevos costes y otros, como los agricultores, no".

Cuestionó además que los detractores del trasvase del Ebro argumentaran que "pretendía traer agua para los resorts y campos de golf", mientras que "ahora, los que sin duda van a poder pagar el precio del agua desalada son justamente esas instalaciones".

Por ello, manifestó que la derogación del trasvase del Ebro y el programa AGUA suponen, en su opinión, "una reconversión industrial encubierta que va a suponer la muerte por inanición hídrica de la agricultura", dado que "no podrá hacer frente a los futuros incrementos de precios".

"DISTRIBUCIÓN PERVERSA".

En la misma línea, el presidente decano de la Academia Mundial de las Ciencias, Tecnología, Educación y Humanidades, José Cosín, aseguró que en la actualidad se produce una "distribución perversa" de los recursos hídricos y abogó por "buscar un equilibrio entre la oferta y la demanda" para lograr "una distribución más justa".

Además, reclamó que los campos de golf paguen un precio mucho más alto por el agua que si ésta fuera destinada al abastecimiento humano. "Me parece bien que tengan agua los campos de golf, pero si para el consumo humano tiene un precio, que para ellos se multiplique por 200", pidió Cosín, quien alegó que se trata de un uso hídrico "para el ocio de señoritos de mucho dinero", que pueden "disfrutar, pero sin cargar gastos sociales sobre el agua", concluyó.