HUELVA, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un informe emitido por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el pasado día 14 de enero concluye que los datos obtenidos hasta la fecha en el programa de vigilancia en curso y de los recogidos en las inspecciones realizadas "parecen evidenciar una falta de eficacia" en el confinamiento en el Centro de Recuperación de Inertes (CRI-9) de las Marismas de Mendaña, en Huelva, de los materiales contaminados por cesio-137 procedentes del accidente de Acerinox de 1998.
El informe, al que ha tenido acceso Europa Press, pone de manifiesto que en esta zona "se producen flujos hipodérmicos de agua que parecen entrar en contacto con el material contaminado", a lo que añade que estos flujos, en forma de regueros y rezumes, "afloran en el canal de recogida de aguas --estero-- y registran las concentraciones más altas medidas en la zona".
Asimismo, y tras no descartar "que existan otros puntos en los que haya quedado acumulada contaminación residual", da a conocer que, de acuerdo con la información facilitada por los representantes de Egmasa, "no se ha realizado el recubrimiento total de los inertizados, ya que la capa de arcilla no está anclada en zanjas perimetrales alrededor de los materiales contaminados".
El CSN asegura que "siguen existiendo carencias en aspectos tales como el funcionamiento hidrogeológico y características constructivas de las capas de confinamiento", unas carencias que "no permiten la apreciación favorable del CSN para la conclusión de las obras de normalización del CRI".
Además, indica que, "si bien la capa de arcilla no está resultando una barrera eficaz para aislar los materiales contaminados al no impedir la migración del cesio a través del terreno, de la información disponible se deduce que la zona afectada por esta migración queda circunscrita a las proximidades de los frentes de inertizados, no alcanzando las zonas exteriores al CRI-9".
Esto último sirve al CSN para aseverar que el impacto radiológico sobre la población y el medio ambiente "no son significativos de acuerdo con los valores medidos actualmente", aunque recomienda la implantación de medidas "que aseguren el confinamiento de los materiales contaminados a fin de garantizar la adecuada protección de la población y el medio ambiente a largo plazo".
MEDIDAS.
Por todo ello, el CSN acuerda proponer al Ministerio de Industria la emisión de una resolución adicional en virtud de la cual Egmasa deberá presentar al organismo, en un plazo máximo de tres meses, una propuesta de actuaciones que refuercen el sistema de confinamiento de los materiales contaminados e impida el acceso del agua".
Del mismo modo, apuesta por que Egmasa continúe ejecutando el programa de vigilancia, "manteniendo la frecuencia en la toma de muestras", así como que realice antes de seis meses un análisis y rediseño del mismo para incluir puntos adicionales que permitan realizar un seguimiento adecuado de la efectividad de las medidas de confinamiento.
La propuesta del CSN incluye la restricción "inmediata" y "efectiva" del acceso a las zonas afectadas, debiéndose informar sobre cómo se llevará a cabo, así como el control de los usos del terreno y de las aguas, medidas que deberán ser remitidas al CSN en el plazo de tres meses e informada favorablemente por el regulador.
Por último, Egmasa deberá elaborar un informe final sobre la ejecución de las obras de refuerzo del sistema de confinamiento, que también requerirá el visto bueno del CSN. Con esta propuesta, el Consejo de Seguridad Nuclear culmina una primera fase de seguimiento de las actuaciones en el CRI-9, que ha venido realizando a través de la evaluación de los datos de los programas de vigilancia radiológica que efectúa Egmasa y de las inspecciones que realiza directamente personal experto del organismo.