Actualizado 07/08/2008 15:47

Julio fue un mes "seco" y con una temperatura media de 23.6 grados centígrados, según Meteorología

MADRID, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -

Julio fue un mes "seco" para toda la Península y Baleares, con una temperatura media de 23.6 grados centígrados, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) a los que ha tenido acceso Europa Press. Además, las precipitaciones medias fueron ligeramente superiores a 11 litros por metro cuadrado.

Concretamente, el pasado mes fue frío en en gran parte de la cuenca del Duero, mitad sur de Galicia y Extremadura y en León, Ponferrada, Vigo y Santiago de Compostela, donde llegó a ser de carácter muy frío.

Mientras, en el litoral mediterráneo, desde Castellón hasta Málaga, se alcanzaron valores relativos de carácter cálido o superior, así como en puntos más aislados del interior de Andalucía, de Aragón y del sur de Castilla y León. Además, Julio fue un mes muy cálido en el sudeste peninsular, zonas de Levante, Barcelona, Sevilla y Melilla. En Málaga fue extremadamente cálido, con una temperatura media de 27.0 ºC, igual al máximo alcanzado en el año 2005.

Por otro lado, en Canarias, el mes fue muy cálido en las dos islas más orientales y en las dos más occidentales. En el resto dominaron caracteres entre frío (sur de Tenerife) y cálido (norte de Tenerife). En Fuerteventura, con carácter extremado, llegaron a registrarse los 25.2 grados centígrados, quedando lejos de la máxima de 2004 que fue de 25.9 grados centígrados.

Respecto a las lluvias, a pesar de que julio fue en su conjunto un mes "seco", tuvo carácter húmedo o muy húmedo en La Coruña (con más de 13 días de lluvia), Segovia y sur de Cataluña hasta el Delta del Ebro, así como en el sudeste de la Península.

Así, excepto otras pequeñas áreas del Ebro, Zona Centro, Ciudad Real y Levante, que llegaron a tener carácter húmedo, en el resto del país dominaron los valores relativos de carácter seco o inferior.

Finalmente, en Canarias las precipitaciones fueron normales para la época, es decir, prácticamente inexistentes, y únicamente en alturas medias de Tenerife se registraron escasos chubascos.