Actualizado 03/05/2007 18:34

El 75% de las tortugas bobas que viven en el sur de la Península y Canarias proceden de Florida, según el CSIC

MADRID, 3 May. (EUROPA PRESS) -

Más del 75% de las tortugas bobas (Caretta caretta) que llegan a las costas del sur de la Península Ibérica y Canarias proceden de las costas de Florida (EE UU), donde residen las poblaciones más protegidas de esta especie, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Los investigadores españoles han determinado las zonas geográficas de procedencia de la tortuga común mediante el análisis de su genotipo.

Los estudios con marcadores genéticos realizados por los científicos de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), en Sevilla, en colaboración con colegas de la Universidad Autónoma de Barcelona, demuestran que miles de tortugas nacidas en Florida y la costa atlántica americana migran hacia las costas españolas, donde permanecen hasta su maduración (entre los 12 y 15 años). Además de las americanas, también llegan a España tortugas de Cabo Verde y de países del Mediterráneo oriental, como Grecia, Turquía o Libia.

Los resultados de este equipo, dirigido por el investigador del CSIC Adolfo Marco, fueron presentados recientemente en la XXVII edición del Congreso Anual Internacional de Biología y Conservación de Tortugas Marinas, celebrado este año en Carolina del Sur (EE UU).

Los autores han analizado unas 2.200 muestras de tortugas bobas. Para estudiar su procedencia les extraen el ADN mitocondrial (heredado de la madre) y el ADN microsatélite (o nuclear); a continuación lo amplifican y lo genotipan (determinan la identidad genética de cada tortuga).

Marco explicó que "una vez que se genotipa el ADN, se caracteriza la estructura genética de cada zona de anidación, y se establece el origen geográfico de cada tortuga migradora en el litoral español".

MIGRACIÓN TRANSOCEÁNICA.

Tras el nacimiento, las tortugas inician una migración transoceánica de miles de kilómetros, y sólo retornan a su playa de origen a anidar en edad reproductora, de 12 a 15 años después. Las poblaciones de hembras anidantes de la tortuga común o boba en Florida han sufrido un descenso del 50% en los últimos cinco años. "Las playas estadounidenses son unas de las más protegidas del mundo, por lo que el problema no parece estar en la supervivencia de las madres o de los embriones", apuntó Marco.

El investigador del CSIC afirma que la mortalidad de esta población de tortugas, incluida entre las 10 más amenazadas del mundo, es altísima, especialmente durante su juventud, tanto en el Atlántico Norte, durante su migración, como, y sobre todo, en el Mediterráneo y las costas canarias.

La causa principal de la alta mortalidad es la pesca accidental con palangres (atún rojo y pez espada) y redes. "En el Instituto Español de Oceanografía han calculado que, al año, y sólo en el Mediterráneo, podrían morir alrededor de 20.000 tortugas juveniles", indicó Marco. Para el investigador del CSIC, esta mortalidad tan elevada en costas españolas parece que está causando directamente el colapso de la anidación en Florida, donde reside, o residía hasta ahora, la población más importante del mundo. "Apenas unas pocas hembras del total de las que llegan alcanzarían la edad de maduración sexual y, por tanto, el reclutamiento de nuevas hembras en Florida es muy bajo", explicó.

El equipo del CSIC trabaja también en reforzar la anidación y el éxito reproductor de la especie. "Éste es un claro ejemplo de la globalización de los impactos ambientales y de la necesidad de colaboración internacional para la conservación de la biodiversidad", concluyó Marco.