Actualizado 05/07/2007 15:17

Cantabria, Galicia y Asturias, comunidades autónomas más permisivas con el uso del fuego, según Ecologistas en Acción

MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -

Las comunidades autónomas de Cantabria, Galicia y Asturias, a pesar de sufrir más del 60 por ciento de los incendios y con casi el 40 por ciento de la superficie forestal quemada, son las que tienen una normativa "más permisiva" sobre el uso del fuego en el medio natural, según denunció hoy Ecologistas en Acción. No obstante, reconoce que se ha producido una "sustancial" mejora en el nivel de seguridad para reducir el número de incendios forestales.

Concretamente, esta organización ecologista critica a Cantabria por ser "probablemente" la más permisiva en cuanto a la regulación de las prácticas de riesgo del fuego en el medio natural, autorizando la quema de rastrojos y restos vegetales, no regulando el uso del fuego en las áreas de descanso de la red general de carreteras y consintiendo el uso de fuego en las áreas recreativas.

En Galicia, aunque se han establecido nuevas limitaciones para la circulación de vehículos a motor por el monte, se estrecha el margen y las condiciones para la utilización de maquinaria agrícola y forestal y se restringe el uso de fuego en las áreas recreativas, se sigue pudiendo quemar restos vegetales y matorral con autorización administrativa fuera del periodo de máximo peligro, alerta Ecologistas en Acción.

En el otro extremo se sitúan Navarra y Castilla y León, que han mejorado "sustancialmente" la normativa en materia de prevención de incendios forestales, valora esta organización en un comunicado, en el que recuerda que el uso del fuego en actividades agrarias y recreativas en el medio natural es la principal causa de los casi 21.000 incendios forestales que se producen cada año en España, recuerdan estos ecologistas en un comunicado.

El 53,65 por ciento de los incendios con causa conocida en el último decenio se debieron a quemas agrícolas y de matorral para regeneración de pastos para el ganado, mientras que los incendios provocados por pirómanos no llegaron al 8 por ciento de los siniestros, añaden estos ecologistas, apuntando también a otras actividades de riesgo como el lanzamiento de colillas, la realización de hogueras y barbacoas o el uso de material pirotécnico.