CANBERRA, 22 Ago. (Reuters/EP) -
Cientos de camioneros se han concentrado este lunes frente al Parlamento australiano para protestar por segunda vez en la última semana contra los planes del Gobierno de crear un impuesto por las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
"Todo el mundo está al límite porque el país está sumido en la confusión. Este anuncio nos ha sorprendido a todos", ha dicho el dueño de la compañía de transporte Peter Whytcross, entre los pitidos de los camioneros.
De implementarse esta medida, que previsiblemente reducirá en 160 millones de toneladas estas emisiones para 2020, las principales empresas contaminantes del país deberán pagar a partir del 1 de julio de 2012 un impuesto de 23 dólares australianos (unos 17,3 euros) por cada tonelada de dióxido de carbono emitida.
El impuesto aumentará un 2,5 por ciento anual hasta julio de 2015, año en que está previsto que entre en funcionamiento en el país un nuevo mecanismo para el intercambio de emisiones cuyo precio estará regulado por el mercado.
La creación de este impuesto es uno de los pilares de la estrategia medioambiental de la primera ministra del país, Julia Gillard, pese a que el año pasado descartó su implementación durante su campaña electoral.
Por su parte, la oposición, copada por los conservadores, se opone a esta medida al considerar que destruirá empleo, por lo que ha llamado a la celebración de nuevas elecciones.
En la misma línea, los líderes sindicales han acusado a Gillard de descuidar la producción nacional. "La Unión Victoriana de Trabajadores Australianos (AWU) insta a los partidos a adoptar un enfoque bipartidista sobre el futuro de la industria para garantizar un millón de puestos de trabajo", ha dicho su secretario general. Cesar Melhem.
Las últimos sondeos sobre intención de voto apuntan a que Gillard perdería las próximas elecciones, previstas para 2013, si se celebraran en estos momentos.