Actualizado 09/03/2009 20:16

La cifra de muertos por cólera supera los 4.000 y hay más de 89.000 enfermos

HARARE, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -

La cifra de personas muertas por cólera en Zimbabue desde que surgió el brote el pasado mes de agosto ha superado la barrera de las 4.000, mientras que el número de enfermos asciende a más de 89.000, según los últimos datos difundidos hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Concretamente, han fallecido 4.011 personas y hay 89.018 casos de contagio. Aunque el número de personas que contraen la enfermedad cada semana se ha reducido a la mitad (a unas 4.000), no parece que se pueda cantar victoria de momento.

Stella Moyo, una enfermera de la organización Médicos Sin Fronteras que trabaja en el Hospital de Enfermedades Infecciosas Beatrice Road, cerca de Harare, declaró a la agencia de noticias humanitarias de la ONU, IRIN, que se siente "angustiada" por la cantidad de casos que vio durante la semana pasada, en un momento en que el personal médico creía que estaba "ganando la batalla contra el brote de cólera".

"Pensábamos que habíamos superado el pico de la epidemia, y las estadísticas indicaban que se había producido un descenso, pero, a juzgar por el número de pacientes que hemos recibido en los últimos días, parece que aún pasará un tiempo hasta que termine la tormenta", dijo.

Este brote de cólera se ha producido por el colapso de los servicios municipales; entre ellos, el suministro de agua y los servicios sanitarios y médicos. "Apenas hay agua limpia en toda la ciudad (Harare), y eso debería explicar la renovada expansión del cólera", añadió la enfermera.

La agencia IRIN ha comprobado que, en muchos de los barrios densamente poblados de las afueras de Harare, el Ayuntamiento ha interrumpido el sistema de agua corriente en las viviendas, los colegios, los centros comerciales y de ocio y las comisarías de Policía. En el barrio de de Budiriro, por ejemplo, todas las fuentes de suministro de agua están contaminadas y no son aptas para el consumo humano, según un informe de la OMS.

Por ello, los vecinos se amontonan en torno a los pozos y a los pocos grifos municipales que hay en las zonas industriales y residenciales para conseguir agua, pero los más impacientes se están aprovisionando en el río Mukuvisi, contaminado con aguas residuales y vertidos industriales.