PEKÍN, 19 Oct. (Reuters/EP) -
Un ciudadano chino que había viajado a Pekín para presentar una denuncia acerca de una disputa de tierras acabó siendo engañado para trabajar como esclavo en una fábrica de ladrillos, según ha informado el diario 'Southern Metropolis'.
Yang Xiangzheng, de 57 años, buscaba resolver una larga disputa sobre la venta de un terreno con el Gobierno en el sur de la provincia de Hunan, según el diario. Cuando llegó a Pekín, entró en una furgoneta después de que le ofrecieran un trabajo y entonces se vio atrapado hasta que llegó a una fábrica en un pueblo de la provincia vecina de Hebei, aseguró el periódico.
Yang, junto con otros seis hombres cogidos por el camino, se vio obligado a trabajar en la fábrica. "Nos dejaron en un pequeño cuarto (...) en el que también había dos perros en la cama. Dormimos con los perros", declaró Yang al periódico. "No nos dejaban hablar libremente" porque un supervisor los vigilaba las 24 horas del día, añadió. "Si hablábamos, nos pegaba con correas y porras eléctricas", apuntó. Yang escapó pasado un mes mientras los jefes se echaban la siesta, declaró.
En 2007 los medios de comunicación chinos encontraron a al menos 1.000 personas que eran obligadas a trabajar como esclavos en fábricas de ladrillos en la provincia de Shanxi, lo que provocó la indignación pública. Desde entonces se ha informado de casos similares, pero no con esas cifras.