MADRID 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Hermanos Musulmanes, Mahmud Hussein, ha expresado este lunes la negativa de la formación a participar en las manifestaciones en la Ciudad de Producción de Medios de Egipto (EMPC, por sus siglas en inglés) que acoge a numerosos medios de comunicación del país, al tiempo que ha condenado toda protesta que recurra a la violencia o detenga la producción de bienes.
"Algunos medios de comunicación hostiles han dado la vuelta a los hechos de forma deliberada y han afirmado que Hermanos Musulmanes iniciaron los enfrentamientos del viernes en Mokattam agrediendo de forma indiscriminada a los manifestantes", ha dicho.
"Hermanos Musulmanes solo defendió su sede sin transgredir y sin ser arrastrado a la violencia", ha valorado, antes de recalcar que la formación "tiene el derecho inherente e inalienable de proteger sus propiedades contra matones y criminales".
"El odio, la furia y el dolor se agolpan en los corazones de los jóvenes y los mayores de Hermanos Musulmanes a causa de los provocadores que atacaron violentamente a nuestros seguidores, escribieron insultos y dibujaron un grafiti obsceno en las paredes de la sede del grupo", ha agregado a través de un comunicado.
Por último, Hussein ha reseñado que "mientras ellos atacan e incendian las sedes (de Hermanos Musulmanes) los medios hostiles se centran en falsificar los hechos para demonizar a Hermanos Musulmanes, abandonando totalmente los estándares y el código deontológico profesional.
Por su parte, el Partido Libertad y Justicia (FJP) --brazo político de la formación islamista-- ha solicitado a las autoridades que investiguen los últimos ataques contra sus sedes en el país.
En su comunicado, la formación ha indicado que sus miembros respetarán las conclusiones de las investigaciones en torno a los enfrentamientos desatados frente al palacio presidencial en febrero, en los que murieron diez miembros del partido, pero han pedido que se publiquen los nombres de los responsables de la violencia.
El FJP ha emitido un llamamiento a toda la población, y especialmente a los que participaron en la revolución que derrocó al expresidente Hosni Mubarak en enero de 2011, para que "se separen de las fuerzas conspiradoras que apoyan al antiguo régimen".
ACUSACIONES DEL SINDICATO DE PERIODISTAS
Este mismo lunes, el Sindicato de Periodistas de Egipto ha acusado a la Presidencia del país de lanzar una campaña de "intimidación e incitación contra los periodistas", en reacción a las últimas protestas frente a la EMPC.
"La situación ha alcanzado un nivel en el que altos cargos del Gobierno están interfiriendo e implementando una campaña", ha dicho la organización. "Esto quedó claro en las recientes declaraciones de Mohamed Mursi, muy parecidas a las (declaraciones gubernamentales) de la época oscura previa a la Revolución del 25 de Enero", ha agregado.
"¿Por qué se ha producido un asedio contra la EMPC --que ha incluido asaltos y acosos (contra los periodistas-- pocas horas después de las declaraciones del presidente? ¿Hay una vinculación entre ambas?", se ha preguntado, según ha informado el diario egipcio 'Al Masry al Youm'.
Por último, el sindicato ha recalcado que la población egipcia tiene el derecho inequívoco a unos medios libres y diversos, al tiempo que ha advertido de que un empeoramiento de la situación podría llevar al país a un estado de "crisis y resentimiento".
El comunicado ha sido publicado en el marco de la segunda jornada de protestas protagonizadas por manifestantes islamistas en la EMPC por lo que consideran como una campaña parcial por parte de los medios de comunicación, a los que acusan de criticar de forma no justificada a Hermanos Musulmanes.
Varios periodistas fueron agredidos el domingo durante la protesta, tras lo que el primer ministro, Hisham Kandil, afirmó que "estas acciones no forman parte de los métodos correctos de la libertad de expresión y no muestran una buena conducta a la hora de hacer uso de los derechos que se pretenden consolidar a la hora de construir un nuevo sistema democrático".
PROTESTAS CONTRA HERMANOS MUSULMANES
Las protestas encabezadas por islamistas se producen en el marco de las numerosas manifestaciones convocadas por las fuerzas revolucionarias laicas e izquierdistas frente a la sede de Hermanos Musulmanes.
El pasado viernes resultaron heridas 210 personas en los enfrentamientos registrados frente a la sede de la formación islamista entre partidarios y detractores del movimiento, origen del partido del presidente.
La jornada de protesta, que recibió el nombre de 'Viernes de la Restauración de la Dignidad' fue convocada tras el ataque a mediados de mes a varios manifestantes, periodistas y fotógrafos cuando un grupo de jóvenes intentaba dibujar un grafiti contra la formación en los alrededores del edificio.
Pese a que la formación islamista pidió perdón a través de un comunicado por los incidentes, el Sindicato de Periodistas respondió que las mismas no eran suficientes.
El comunicado de disculpa fue publicado por el grupo islamista en su página oficial de Facebook apenas un día después de que cientos de periodistas egipcios celebraran una vigilia frente a la sede del sindicato para denunciar dichas agresiones.
"La disculpa de Hermanos Musulmanes no es suficiente, ya que no afirma que los responsables de los ataques serán castigados por sus actos", dijo Jaled el Miry, miembro de la organización sindical.
"No aceptaremos los ataques contra las libertades", dijo el presidente del sindicato, Diaa Rashwan, quien pidió una disculpa por parte del Gobierno. "Seguiremos informando de la realidad a la gente", agregó.
El Sindicato de Periodistas se ha mostrado muy crítico en los últimos meses con lo que percibe como un intento por parte de Hermanos Musulmanes de controlar los medios en su favor y de evitar toda crítica a la formación por sus políticas.
Los alrededores de la sede del sindicato fueron un punto de reunión de los activistas egipcios en los años anteriores a la revolución que derrocó a Hosni Mubarak en 2011 y muchos de sus miembros han permanecido muy activos tras la llegada al poder de Mursi en una campaña para asegurar unas mayores libertades de expresión y de prensa en el país.