Actualizado 10/11/2011 19:03

HRW denuncia que el Ejército no está investigando las agresiones sexuales cometidas por militares en Egipto


MADRID, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -

La ONG Human Rights Watch ha denunciado que el Ejército egipcio no está investigando los abusos sexuales cometidos por uniformados contra siete mujeres en la cárcel militar de Hikestep bajo el pretexto de controles de virginidad ni las torturas sufridas por unas 20 mujeres, incluidas estas siete, y unos 170 hombres el pasado 9 de marzo en una base militar instalada en el Museo Egipcio de El Cairo.

El subdirector de HRW en Oriente Próximo, Joe Stork, señaló que "los dirigentes militares de Egipto están intentando tapar uno de los abusos más terribles cometido este año". "Tras el trauma de una agresión sexual, a estas mujeres se les ha negado la protección de la ley", criticó.

La ONG pidió en un comunicado emitido a última hora del miércoles que las víctimas acudan a tribunales militares para denunciar cualquier agresión o abuso cometido por el Ejército, aunque los mandos militares insisten en que son los únicos que tienen jurisdicción sobre sus efectivos.

Los militares que investigan cualquier denuncia están en la cadena de mando, por lo que no son imparciales. Es el caso de las agresiones a cristianos coptos en octubre, en las que murieron unos 23 manifestantes que protestaban por la libertad religiosa, y que las autoridades civiles no pueden investigar.

A pesar de que varios generales de las fuerzas armadas se comprometieron a investigar el asunto a finales de marzo, varios miembros del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas han negado estos controles de virginidad, hasta que el pasado 30 de mayo, un general que pidió no ser identificado confirmó a la CNN que se habían llevado a cabo estas prácticas.

"No queríamos decir que las hemos abusado sexualmente o las hemos violado", comentó. "Las chicas que detuvimos no eran como su hija o la mía. Eran chicas que acamparon en tiendas con hombres en la plaza Tahrir y en esas tiendas había cócteles molotov y drogas", aseguró en una entrevista.

UNA ÚNICA DENUNCIA ANTE UN TRIBUNAL MILITAR

Samira Ibrahim, la única que ha denunciado el abuso sexual ante un fiscal militar, aseguró a HRW que ha recibido amenazas de muerte anónimas por teléfono en los últimos meses después de que su abogado presentase una queja el pasado 23 de junio.

Tres días después de la agresión, un médico de la prisión, perteneciente al Ejército, analizó a Ibrahim y negó que se hubiese producido la agresión sexual. En aquel momento, el abogado Ahmed Hossam, no pudo acudir a aquella inspección.

Hossam explicó que entonces el fiscal militar obligó a las fuerzas de seguridad dentro del Ejército a que reunieran información sobre el caso, pero siempre que el abogado ha preguntado sobre los progresos de esta investigación, le han dicho que "no está lista".

Stork comentó que normalmente los fiscales militares tardan una o dos semanas en llevar un caso ante los tribunales o cerrarlo y los jueces dan sus veredictos en una o dos sesiones. "Siete meses después podemos asegurar que los generales, a pesar de sus promesas, no tienen intención de investigar o perseguir a nadie por estas agresiones sexuales", denunció.

El pasado 9 de marzo, varios soldados destruyeron un pequeño campamento instalado en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, símbolo de las protestas que expulsaron al presidente Hosni Mubarak a mediados de febrero. Los uniformados detuvieron a 20 mujeres y 174 hombres y los llevaron al Museo Egipcio, donde el Ejército había instalado un pequeño cuartel desde que comenzaron las protestas en enero.

Human Rights Watch denuncia en un comunicado que los soldados golpearon, insultaron e incluso electrocutaron a estos hombres y mujeres. En el caso de Rasha Azab, periodista del semanario 'Al Fajr Weekly', los militares le tuvieron esposado a una valla exterior durante cuatro horas tras ser insultado y golpeado con palos de madera.

Tras liberar a tres mujeres que se identificaron como periodistas, las otras 17 y 157 hombres fueron trasladados a una base militar por la noche y tras varios juicios de no más de 30 minutos, las 17 mujeres fueron condenadas por "desórdenes". El 11 de marzo estaban en la calle.

CONTROLES DE VIRGINIDAD

Es en esta prisión donde se llevaron a cabo los controles de virginidad. El 10 de marzo, varios militares preguntaron a las mujeres reunidas en una celda quién estaba casada y quién no. Las siete que dijeron que no fueron asaltadas sexualmente.

"Cuando fue mi turno, me llevaron a una cama en frente de la celda. Había muchos soldados alrededor que me podían ver. Pedí que si se podían ir y el oficial que me escoltaba me golpeó. La mujer que era guardia de seguridad con ropa de civil se quedó cerca de mi cabeza y un hombre con uniforme militar me examinó durante varios minutos. Fue doloroso. Se tomó su tiempo. Es evidente que lo hizo a propósito para humillarme", denunció Ibrahim.

Para Stork, "el Ejército no puede presentarse como un guardián creíble de la transición política hasta que no aplique la ley de forma estricta a su propia conducta e investigue cualquier abuso a fondo".