En las provincias del norte, las acciones de la insurgencia se han triplicado
KABUL, 25 Ene. (Reuters/EP) -
Un informe elaborado por la Oficina de Seguridad para las Organizaciones No Gubernamentales en Afganistán (ANSO, por sus siglas en inglés) asegura que en 2010 los ataques perpetrados por la insurgencia han aumentado en un 64 por ciento respecto al año anterior, con un total de 33 incidentes diarios.
El documento, del que Reuters ha obtenido una copia y que no ha sido difundido públicamente, pone en duda la mejora de la seguridad que esgrimen las autoridades militares estadounidenses y europeas y asegura que esa visión de la realidad responde a su deseo de influir en la opinión pública para que apoye la retirada de las fuerzas internacionales.
Una de las "evidencias indiscutibles" del empeoramiento de la seguridad es el aumento en dos terceras partes del país de los ataques insurgentes en 2010 frente a los registros del año anterior, según esta institución independiente encargada de asesorar a organizaciones no gubernamentales en Afganistán.
En las provincias del norte del país, los ataques insurgentes han crecido más del triple que el año anterior, según el documento. La última revisión sobre la situación de seguridad realizada el pasado mes de diciembre por el presidente estadounidense, Barack Obama, señalaba que se han registrado "notables ganancias operativas" y que se ha revertido el empuje de los talibán con el arresto de muchos de ellos y su retroceso en algunas zonas, si bien el documento advertía de que dichos avances son frágiles y reversibles.
Los avances puestos de manifiesto en la revisión de Obama han sido difundidos por los jefes militares sobre el terreno y por el más alto mando norteamericano, el presidente de la Junta de jefes de Estado Mayor estadounidense, el almirante Mike Mullen, durante su reciente visita a Afganistán.
La Oficina de Seguridad para las Organizaciones No Gubernamentales en Afganistán (ANSO, por sus siglas en ingles) ha puesto en duda el mensaje oficial norteamericano sobre la situación de seguridad y ha remarcado que esa visión no se adapta a la realidad.
"No importa cuánta autoridad tenga la fuente de un mensaje así, los mensajes de esta naturaleza sólo están encaminados a influir en las opiniones públicas europea y americana para favorecer la retirada", ha asegurado ANSO en su informe cuatrimestral, que está destinado a ayudar a las ONG en materia de seguridad.
La organización ha asegurado que los "mensajes" oficiales estadounidenses y europeos no buscan dar una visión "precisa" de la situación para quienes "viven y trabajan" en el país asiático. Según su informe, en 2010 se registró un 64 por ciento más de ataques insurgentes que el año anterior, con una media de 33 incidentes al día. Mientras la violencia puede haber decrecido en algunas áreas, ha aumentado en otras de forma dramática, según esta organización independiente.
ANSO ha puesto en duda las versiones que ofrecen sobre los incidentes, ataques y bajas los países occidentales con fuerzas destacadas en Afganistán. "Si se sufren pérdidas en un área, ellos simplemente las compensan en otra, como ha sido la dinámica desde el inicio del conflicto", ha dicho.
La revisión de Obama también mantiene que Estados Unidos está preparado para comenzar los planes de retirada gradual de sus fuerzas militares el próximo mes de junio, conforme las fuerzas afganas vayan asumiendo el control de la seguridad en varias zonas a partir de marzo.
Esta estrategia de repliegue paulatino y sustitución por las fuerzas afganas forma parte de un plan más amplio del presidente afgano, Hamid Karzai, para asumir la competencia de seguridad en todo el país a finales de 2014, una ambiciosa meta impuesta por los líderes occidentales, sometidos a presiones en sus propios países para retirar sus contingentes, según ANSO.
En su opinión, los mensajes sobre la mejora de la seguridad pronunciados por fuerzas extranjeras, que encuadra en la "comunicación estratégica", sólo buscan justificar la retirada de las fuerzas ante los electorados occidentales, que se oponen a la presencia de tropas en esta misión que ya dura más de una década.
El informe elaborado por esta institución sitúa el número de bajas en ambos bandos en niveles récord, con un total de 711 militares extranjeros muertos en 2010, el año más sangriento en este conflicto, frente a los 521 fallecidos registrados en 2009.
La peor parte se la han llevado los civiles afganos que han caído víctimas del fuego cruzado. Según datos de Naciones Unidas, 2.412 personas murieron en los diez primeros meses del pasado año. La insurgencia también se ha expandido rápidamente desde sus feudos tradicionales en el sur y en el este del país hasta el norte y el oeste, las zonas tradicionalmente más pacíficas.
Los ataques de los milicianos contra las seis provincias del norte han aumentado más rápido que la media general de Afganistán, con cinco provincias en las que han llegado a superar el doble de la cifra del año anterior y en una de ellas, Sar-e-Pol, se han triplicado.
En el sur del país centroasiático, donde las fuerzas occidentales ha realizado ofensivas el pasado año, el aumento de los ataques de los rebeldes sugiere que la capacidad de la insurgencia para realizar incursiones ha mejorado "sustancialmente". En la provincia de Helmand, una de las más conflictivas, se ha registrado un aumento del 124 por ciento en los ataques, mientras que en Kandahar el incremento ha sido del 20 por ciento.
Aunque ha habido un declive de la violencia desde el pasado mes de agosto, debido posiblemente a los factores estacionales, el informe subraya que se ha producido un aumento del 47 por ciento en el número de ataques el pasado mes de diciembre, con respecto al mismo mes del año precedente.