MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
El conflicto armado en Afganistán ha terminado con la vida de más de 2.000 civiles desde el pasado mes de enero hasta octubre, unas cifras que siguen en aumento, de acuerdo con la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA).
"En los diez primeros meses de 2009, la UNAMA ha registrado la muerte de 2.021 civiles, en comparación con las 1.838 en el mismo período del año pasado y las 1.257 en 2007", denunció la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, en un comunicado enviado ayer al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por su segundo, Kiung Wha Kang.
Los civiles son víctimas cada vez en mayor medida del fuego cruzado, y sus Derechos Humanos básicos tales como el acceso a la sanidad, la educación y el alojamiento han sido violados por las partes combatientes, según este comunicado recogido por la agencia de noticias humanitarias de la ONU, IRIN.
"Las bajas civiles siguen aumentando, con cientos de personas muertas cada año por elementos antigubernamentales, fuerzas gubernamentales y fuerzas internacionales que realizan ataques aéreos y terrestres", prosigue.
Más civiles han muerto en los ataques que realizan los insurgentes talibán (1.397 muertos) que por los ataques de las fuerzas internacionales y gubernamentales (465 por las fuerzas progubernamentales y 165 por otros actores), según la UNAMA, que señala que agosto ha sido el mes más mortífero para los civiles.
Por otro lado, el organismo Observador de Derechos de Afganistán (ARM), afirma que la cultura de la impunidad ha exacerbado las violaciones de los Derechos Humanos. "Miles de civiles han sido asesinados por las partes en guerra durante los últimos años, pero ni una sola persona ha sido condenada por crímenes contra la Humanidad o crímenes de guerra", afirmó el director de este organismo, Ajmal Samadi.
"Se necesita un nivel mayor de voluntad política para tomar medidas oportunas y efectivas que impidan las atrocidades, protejan a los vulnerables y obliguen a los responsables a rendir cuentas, además de asegurar la reparación de las víctimas", indicó Pillay.
"El fracaso a la hora de conseguir una estrategia creíble de justicia de transición que incluya llevar a los responsables por los delitos más graves cometidos durante más de tres décadas de guerra, y el clima de impunidad creado, es un factor significativo en el desafiante contexto político y en la creciente inseguridad en la que ahora está involucrado Afganistán", afirmó la Alta Comisionada.