Actualizado 08/03/2012 08:53

Países islámicos, árabes y africanos abandonan la reunión del Consejo de DDHH de la ONU sobre homosexualidad


GINEBRA, 8 Mar. (Reuters/EP) -

Los representantes de los países islámicos, árabes y africanos han abandonado este miércoles la reunión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas tras la petición de éste de que se proteja a la comunidad homosexual de todos los países contra la violencia y los asesinatos.

En declaraciones previas a abandonar la sala y en nombre de la Organización para la Cooperación Islámica (OIC), Pakistán ha descrito la homosexualidad como "un comportamiento licencioso", mientras que el representante de África, Senegal, ha dicho que la homosexualidad no está protegida por los acuerdos internacionales en Derechos Humanos.

Nigeria, país en que los grupos en defensa de los derechos de los homosexuales han documentado múltiples ataques contra gays y lesbianas, ha subrayado antes de abandonar la sala que ninguno de sus ciudadanos está en riesgo de violencia a causa de su orientación sexual o identidad de género.

Por su parte, Mauritania, que ha hablado en nombre del grupo de países árabes --cuyos miembros están todos comprendidos en la OIC-- ha dicho que "los intentos de imponer el controvertido asunto de la orientación sexual" minará los debates en el Consejo sobre los verdaderos problemas de Derechos Humanos.

Es la primera vez en la historia del Consejo que tres bloques abandonan la sala en protesta, aunque según varios diplomáticos no ha sido total, ya que varios países islámicos y africanos no se han unido. La salida de varios países de la sala se produjo después de que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y la comisaria de Derechos Humanos, Navi Pillay, afirmaran que los homosexuales han de ser protegidos por todos los gobiernos.

"Vemos un patrón de violencia y discriminación dirigida contra la gente sólo porque son gays, lesbianas, bisexuales o transexuales", ha manifestado Ban en un mensaje de vídeo presentado al panel, presidido por el 'disidente' del bloque africano, Sudáfrica.

"Esta es una tragedia monumental para todos los afectados y una mancha en nuestra conciencia colectiva. Es también una violación del Derecho Internacional. Ustedes, como miembros del Consejo de Derechos Humanos, deben responder", ha subrayado Ban.

DIVISIÓN EN EL CONSEJO

Los países islámicos y la mayoría de los africanos han mantenido largas discusiones sobre lo que Naciones Unidas denomina "orientación sexual e identidad de género" con la intención de sacarlo de la agenda del Consejo de Derechos Humanos, pero las presiones de Estados Unidos y Sudáfrica consiguieron meterlo en la agenda en junio de 2011.

Por su parte, países de América del Sur como Argentina, Brasil y Uruguay se unieron en la votación para conseguir que el tema fuera tratado en la sesión de este miércoles.

Pillay, que fue juez del Tribunal Supremo de Sudáfrica, ha manifestado durante la sesión que su vida bajo el Apartheid le enseñó que "la ignorancia y la intolerancia" sólo pueden ser superadas con la educación y la discusión franca entre las personas con diferentes puntos de vista.

En su informe, Pillay ha detallado los frecuentes abusos --que ha tildado de "homofobia"-- que sufren los homosexuales en todo el mundo y que van desde el asesinato de hombres homosexuales por parte de bandas a la violación múltiple y tortura pública y privada de mujeres lesbianas con la intención de "curarlas".

En el texto ha documentado que 76 países de los 192 Estados miembro de la ONU tienen leyes que criminalizan la homosexualidad y que al menos cinco, particularmente Irán, castigan con la pena de muerte estás prácticas, una medida que está intentando aprobar Uganda.

"Sé que algunos se resistirán a lo que estoy diciendo", ha reconocido Pillay, quien fue acusada esta semana por Egipto de "promover la homosexualidad" al intentar publicar el informe a pesar de las objeciones presentadas por los países islámicos.

En referencia a los países africanos e islámicos, Pillay ha agregado que algunos países pueden argumentar que la homosexualidad o la bisexualidad "entran en conflicto con los valores culturales tradicionales o locales, con las enseñanzas religiosas o que contravienen la opinión pública".

Aunque ha indicado que son libres de mantener sus opiniones, ha remachado que "hasta ahí es hasta donde llega". "En el balance entre la tradición y la cultura, por una parte, y los Derechos Humanos universales, en la otra, se ha de apostar en favor de los derechos", ha apostillado Pillay.