Actualizado 11/03/2009 02:02

Amnistía denuncia la "represión" contra los activistas de DDHH de Oriente Próximo y norte de África

La organización acusa a los Gobiernos de "silenciar" la disidencia y criminalizar sus actividades


MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) denunció hoy que los activistas de los Derechos Humanos de Oriente Próximo y del norte de África siguen sufriendo "prisión, tortura, persecución y represión por intentar hacer valer los derechos de otras personas" y acusó a los Gobiernos de la región de utilizar sus legislaciones nacionales para criminalizar las actividades de los defensores de Derechos Humanos y de servirse de la "guerra contra el terror" como "pretexto para silenciar la disidencia".

"En toda la región, quienes defienden los Derechos Humanos y sacan a la luz los abusos de las autoridades del Estado suelen correr un gran riesgo por ello", manifestó el director del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, Malcolm Smart.

"Los Gobiernos deberían dar a conocer la labor decisiva que realizan estas personas promoviendo y defendiendo derechos universales", prosiguió. "Sin embargo, con demasiada frecuencia lo que hacen es tacharlas de subversivas o alborotadoras y utilizar medios represivos para impedir sus actividades", denunció. "En toda la región hay personas que se consumen en la cárcel por el simple hecho de haber ejercido pacíficamente su derecho a la libertad de expresión, asociación o reunión", aseguró Smart.

En un exhaustivo informe titulado 'Desafío a la represión: Defensores y defensoras de los Derechos Humanos en Oriente Medio y el Norte de África', Amnistía Internacional llama la atención sobre "la precaria situación de los defensores de los Derechos Humanos, a los que se intimida, hostiga, amenaza, detiene y condena a cumplir largas penas de prisión o a muerte en juicios injustos".

"Unas veces se los recluye sin acceso al mundo exterior durante días o semanas, sin cargos ni juicio, y se los tortura, otras se los detiene reiteradamente y se los somete a distintos tipos de abuso o a varios abusos a la vez", denunció AI. "En ocasiones se los obliga a firmar documentos en los que confiesan delitos que ellos aseguran no haber cometido o en los que se comprometen a poner fin a sus actividades de defensa de los Derechos Humanos", agregó.

LA LEGISLACIÓN NACIONAL

Según la organización, las autoridades utilizan con frecuencia la legislación nacional para silenciar a estos defensores de Derechos Humanos y para tratar sus actividades como delitos. A menudo se los acusa de "insultos", "difamación", "difusión de información falsa" y "propaganda contra el Estado", añadió Amnistía.

Por ejemplo, las autoridades de Irán "pueden recurrir al menos a nueve leyes, muchas de ellas coincidentes y poco precisas, para castigar críticas o manifestaciones que consideran insultos o difamación de funcionarios del Estado u otros cargos", explicó AI. En países como Egipto y Siria "se recurre también a estados de excepción que llevan decenios en vigor para imponer severas penas en juicios injustos ante tribunales de excepción", añadió.

Aparte, explicó AI, la situación ha empeorado en general en la región para los defensores de los Derechos Humanos desde que comenzó la "guerra contra el terror" dirigida por Estados Unidos, "que ha dado un pretexto más para silenciar la disidencia y aprobar leyes contra el terrorismo".

Por ejemplo, el decreto ley de Emiratos Árabes Unidos sobre la lucha contra los delitos de terrorismo castiga incluso los intentos no violentos de "alterar el orden público, menoscabar la seguridad, exponer a la población a peligros o causar la destrucción del entorno". Asimismo, la ley antiterrorista aprobada en 2005 en Túnez contiene una definición muy amplia del terrorismo, que abarca actos como "influir en la política del Estado" ilegítimamente y "alterar el orden público", lo cual puede vulnerar gravemente el derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión.

Según el informe, algunos colectivos concretos corren un "riesgo especial" debido a su profesión o a la causa que defienden. Es el caso de los trabajadores de los medios de comunicación, que "son objeto de un atento escrutinio debido al amplio impacto que puede tener su trabajo". Asimismo, los profesionales del derecho "sufren hostigamiento por su proximidad a los acusados, que a menudo hace que las autoridades los asocien a la causa de sus clientes", y las personas que defienden los derechos de las mujeres sufren con frecuencia represalias, "pues siguen predominando en la región los valores tradicionales, conservadores y patriarcales".

ALGUNOS AVANCES

A pesar de esta situación y de la represión, "la insistencia de los activistas en combatir las violaciones de Derechos Humanos ha ido generando poco a poco un cambio", afirmó Amnistía.

En Irán, por ejemplo, el activismo del movimiento de defensa de los derechos de las mujeres, incluida la Campaña por la Igualdad, dio lugar a la eliminación de dos controvertidos artículos de un proyecto de Ley de Protección de la Familia presetado ante el Maylis (Parlamento) a mediados de 2008. Asimismo, en Egipto, algunos autores de blogs han contribuido a sacar a la luz la tortura y otros malos tratos infligidos en las comisarías de policía. En este país se han colgado varios vídeos, grabados con teléfonos móviles, en los que se ven torturas y otros malos tratos.

Incluso en las zonas en conflicto, los defensores de los Derechos Humanos han desempeñado un papel esencial, según Amnistía. Por ejemplo, varias organizaciones israelíes y palestinas de Derechos Humanos han trabajado juntas para llevar casos ante el Tribunal Supremo de Israel. Gracias a ello, el Tribunal dictó un fallo histórico por el que proscribía de manera efectiva el uso de tortura por parte de las fuerzas israelíes.

"En una región donde, una y otra vez, los Gobiernos no respetan los Derechos Humanos, el papel de los defensores de los Derechos Humanos es aún más decisivo", según AI. "Para continuar con su labor, estas personas han de poder contar con el apoyo de la comunidad internacional hasta que se reconozca su trabajo de campaña y se cumplan sus aspiraciones", advirtió la organización.

"Es hora de que los Gobiernos de toda la región reconozcan la contribución decisiva de los defensores de los Derechos Humanos y tomen medidas para apoyar su labor", señaló Malcolm Smart. "Deben poner fin de inmediato a la persecución que sufren estas personas y eliminar los obstáculos jurídicos y de otras clases que se utilizan para bloquear o restringir sus actividades legítimas de promoción y protección de los Derechos Humanos universales", concluyó.