Actualizado 13/12/2007 01:01

Cruz Roja afirma que la población marginada es "la más vulnerable entre los vulnerables" en los desastres

La vulnerabilidad, la marginación y la invisibilidad de los grupos discriminados se agravan con las crisis naturales y bélicas


MADRID, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -

Las personas habitualmente marginadas o discriminadas por la sociedad, ya se trate de minorías, personas de edad, mujeres o personas con discapacidades, suelen ser las "más vulnerables" en las situaciones de desastres naturales o de crisis causadas por conflictos bélicos, según revela el 'Informe mundial sobre desastres' hecho público hoy por la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

"No nos podemos permitir, como organización humanitaria, que las personas que son objeto habitual de nuestro trabajo, las marginadas o las más vulnerables, no sean objeto de las ayudas en casos de desastres", declaró el coordinador general de Cruz Roja Español, Antoni Bruel i Carreras, durante la presentación del informe en la sede de la organización en Madrid. "Los pobres y los marginados son los más vulnerables entre los vulnerables", manifestó.

El informe revela que en 2006 el número de desastres alcanzó un nivel similar al del año anterior, pero el número de muertos y damnificados disminuyó, en buena parte debido a que las víctimas del tsunami que asoló el sur de Asia en diciembre de 2004 habían sido contabilizadas en el ejercicio correspondiente a 2005.

Este aumento de la cantidad de los desastres --que entre la década de 1987-1996 y la subsiguiente de 1007-2006 se incrementó en un 60 por ciento--, así como su gravedad y su impacto, se deben sobre todo a factores como el cambio climático, la urbanización masiva sin planificar, el rápido crecimiento de la población y la degradación ambiental.

"SE VUELVEN INVISIBLES"

El informe de este año destaca, sobre todo, la discriminación que en los casos de desastres sufren los grupo sociales marginados. Entre estos colectivos, el informe llama la atención de forma destacada sobre la situación de las minorías étnicas o sociales, que en muchas ocasiones, según Bruel, "ni siquiera figuran en los censos del país".

"Son grupos discriminados que no existen formalmente en la comunidad" y que, por ello, no participan en la planificación previa de los desastres ni se les tiene en cuenta en las evaluaciones iniciales posteriores. Por ejemplo, a la hora de localizar víctimas tras el tsunami que afectó al oceáno Índico, en algunas zonas de la isla indonesia de Sumatra "no se sabía a cuántas personas se estaba buscando". "Los más vulnerables pasan desabercibidos", afirmó. "Si no figuran en el censo sencillamente no existen", aseveró.

Asimismo, estos colectivos suelen estar excluidos de la educación y del trabajo", razón por la cual "se pasa por alto la capacidad de comunicarse con ellos y usar sus conocimientos". "Se vuelven invisibles", prosiguió. "Carecen de influencia incluso para mejorar su propia situación", lamentó.

Aparte, "muchos colectivos vulnerables lo son precisamente por estar en los lugares de más complicado acceso", explicó el coordinador general de Cruz Roja Española. "Donde hay aeropuertos u otras instalaciones, se vuelca toda la logística y toda la ayuda, pero los más marginados son más vulnerables" muchas veces por encontrarse en los lugares más alejados, explicó.

"Los desastres no discriminan, son las personas las que lo hacen. Los desastres no crean la discriminación, existía antes de que ocurrieran, pero sí la exacerban", declaró Antoni Bruel i Carreras.

Por ejemplo, en 2005, cuando un terremoto sacudió Asia meridional, unas 37 familias cristianas residentes den Muzaffarabad (Pakistán) fueron discriminadas durante las fases de socorro hasta el extremo de que no se les permitió compartir el refugio con damnificados musulmanes. Aunque llevaban 25 años viviendo en la zona, no estaban inscritos en el registro de ciudadano ni en la lista de votantes, y ni siquiera tenían cédula de identidad.

Otro ejemplo citado en el informe es Kenia, donde la población pastoril que reside en las regiones desérticas y semidesérticas --alrededor de tres millones de personas-- no fue beneficiaria de los programas de distribución de alimentos y ayuda médica durante la sequía de 2006. Asimismo, los 'dalits' --la casta más baja en India-- sufrieron todo tipo de discriminaciones en el reparto de ayudas durante el tsunami asiático e incluso fueron alojados, a petición propia, en campamentos separados para evitar atropellos.

El informe llama también la atención sobre la situación de las personas de mayor edad. Según el informe 'World Population Prospects', entre 2005 y 2050 la población mundial de 60 años o más se triplicará, pasando de 673 millones a más de 2.000 millones, mientras que el número de niños de entre cero y 14 años de edad se mantendrá estable en torno a los 1.800 millones.

Al respecto, Bruel i Carreras advirtió de que "para las personas mayores se estima que se debería gastar el siete por ciento de la ayuda humanitaria, según las recomendaciones del 'Proyecto Esfera' --lanzado en 1997 por un grupo de organizaciones humanitarias y por la Cruz Roja y la Media Luna Roja con normas mínimas universales para la asistencia humanitaria--, pero sólo se está gastando el uno por ciento". Aparte, advierte el informe, no existe ningún organismo especializado de Naciones Unidas que se ocupe directamente de este colectivo y son pocas las organizaciones internacionales no gubernamentales que lo hacen.

En los países de bajos ingresos, el número de muertes por deficiencias nutricionales es más de un 50 por ciento superior en las personas mayores de 60 años y menores de 14. En 2006, por ejemplo, casi el 40 por ciento de las personas mayores de Darfur (Sudán), corría el riesgo de sufrir desnutrición.

Asimismo, el informe revela que el 80 por ciento de las más de 600 millones de personas con discapacidad en el mundo --entre el siete y el diez por ciento de la población total-- viven en los países en vías de desarrollo. Para este colectivo las acciones preventivas en casos de desastre son vitales. "Se calcula que un euro gastado en prevención para desastres supone tres euros que se ahorran en casos de emergencia, y para una persona con discapacidad si hay un sistema de alerta temprana es más fácil que pueda sobrevivir", añadió.

MUJERES Y NIÑAS

Un colectivo particularmente afectado es el de las mujeres y las niñas, según se lee en el informe, que advierte de que la discriminación contra la mujer es "una violación de los Derechos Humanos, ya se cometa en la esfera privada o en la esfera pública".

Según Cruz Roja, en las fases agudas de los desastres, cuando los damnificados luchan por sobrevivir o por buscar refugio, las mujeres se exponen más a la violencia y son más vulnerables a ella. Por ejemplo, la tasa de violaciones después del paso del huracán 'Katrina' en el Golfo de México, en Estados Unidos, en el verano de 2005 fue 53,6 veces superior a la habitual en condiciones normales y las cometidas por cónyuges o compañeros sentimentales fue 16 veces superior a la media anual en Estados Unidos.

Asimismo, en las crisis se agrava o queda en evidencia la discriminación que sufre la mujer. Por ejemplo, después del tsunami del océano Índico, en algunas regiones la relación entre el número de mujeres y hombres muertos fue de tres a uno y las pérdidas materiales y familiares sufridas agravaron aún más la situación de mujeres que ya vivían por debajo del umbral de la pobreza antes del desastre, según informó la organización humanitaria Oxfam International, citada en el informe.

Según algunos informes citados también por Cruz Roja, muchas jóvenes y mujeres de Sri Lanka, Aceh e India fueron incluso obligadas a casarse con "viudos del tsunami" porque sus familias ya no podían mantenerlas, lo que revela que el desastre afectó más a las mujeres que a los hombres.