Actualizado 10/11/2011 12:46

HRW denuncia que las desapariciones forzosas en China han aumentado para silenciar a posibles disidentes


PEKÍN, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -

La organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que las desapariciones forzosas son un delito que el aparato de seguridad estatal de China comete cada vez con más frecuencia con el fin de silenciar a personas a las que considera disidentes.

Además, HRW afirmó este miércoles en una rueda de prensa que el Gobierno, en lugar de abordar el problema, está intentando legalizar esta práctica mediante una revisión de la Ley de Procedimientos Penales.

Según el Derecho Internacional, un Estado comete un delito de desaparición forzosa cuando sus agentes ponen a una persona bajo custodia pero niegan que esté detenida o no informan de dónde se encuentra. A los familiares y representantes legales de esa persona no se les dice dónde está, cómo se encuentra ni cuál es su situación legal.

La organización advirtió de que a menudo las personas 'desaparecidas' corren el riesgo de sufrir torturas, sobre todo si están retenidas en lugares que no son centros de detención oficiales como las cárceles y las comisarías de Policía.

La directora de HRW en China, Sophie Richardson, señaló que "en general el Gobierno chino ha ignorado o aprobado tácitamente la proclividad de las agencias de seguridad a cometer desapariciones forzosas y a establecer cárceles secretas".

"Esa inacción ha animado a las agencias de seguridad chinas a recurrir cada vez más a la práctica de las desapariciones forzosas, y la revisión legal que se ha propuesto muestra claramente las intenciones del Gobierno", añadió.

En noviembre de 2009, HRW informó con detalle de esa práctica al explicar que las autoridades chinas tenían a miles de peticionarios --ciudadanos de zonas rurales que van a Pekín y otras ciudades para solicitar una reparación por una situación concreta que sufren-- en centros de detención secretos.

La ONG indicó los detenidos eran "sometidos regularmente a abusos físicos y psicológicos" al sufrir palizas, violencia sexual y extorsión y ser privados de comida y sueño. "Dos años después, sigue habiendo cárceles secretas en Pekín y otras grandes ciudades chinas", aseguró el miércoles.