Actualizado 08/10/2009 20:46

El representante de ACNUR afirma que no hay un futuro "viable" para los refugiados en Sudán


MADRID, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -

Aún hay desafíos significativos para ayudar al regreso de los desplazados en Sur de Sudán después del acuerdo de paz de 2005 alcanzado entre el Gobierno y los separatistas y, especialmente este año, uno de los principales problemas es la violencia entre etnias, según afirmó este jueves el representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Sudán, Peter de Clerq.

"El este de Sudán es una de las situaciones de refugiados más antiguas en la historia de ACNUR y, de hecho, esta agencia lleva trabajando en este país desde hace 40 años", aseguró. "Por ahora, no hay un futuro viable para que los refugiados en la región vuelvan a sus lugares de origen de forma voluntaria", añadió.

De Clerq también indicó que los programas de refugiados tienden a mirar hacia adentro y que espera ver cómo ACNUR implementa programas más inclusivos que favorezcan tanto a los refugiados como a las comunidades que tienden a soportar su carga.

También se mostró orgulloso por la colaboración de ACNUR al regreso con éxito de casi 2,5 millones de desplazados a Sur de Sudán, aunque reconoció que los violentos enfrentamientos entre etnias a lo largo de este año han causado nuevos desplazamientos. "Esta situación podría desembocar en permanente, por lo que deberíamos tomarla en serio", indicó.

De Clerq hizo hincapié asimismo en las cuestiones preocupantes en Sudán porque el flujo de refugiados de los países vecinos, especialmente Eritrea pero también Etiopía y Somalia, sigue en un índice anual de 1.800 al mes, y en la región de Darfur donde, a pesar de la reducción en el conflicto armado, 2,7 millones de personas siguen desplazadas y son vulnerables a los ataques aislados.

Además, los ataques que lleva a cabo el ugandés Ejército de Resistencia del Señor (LRA) ha causado el desplazamiento de 18.000 refugiados procedentes de República Democrática del Congo (RDC) y de República Centroafricana, y en este país de asilo intentan buscar refugio.

Durante la rueda de prensa, De Clerq se mostró preocupado por la seguridad de los trabajadores humanitarios en el país, y especialmente por las dos trabajadoras de GOAL y los trabajadores de UNAMID secuestrados. "Además de dificultar la seguridad y el bienestar del personal humanitario, estos ataques sólo sirven para aislar a los civiles afectados por la guerra de la protección vital y de las intervenciones de asistencia", añadió.