Actualizado 16/03/2010 20:32

Un equipo científico internacional exige que CITES no acceda a la petición de Tanzania y Zambia para vender marfil


MADRID, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -

El destino de muchos elefantes africanos, según un grupo de científicos internacional, pende de la decisión que tendrá que ser tomada esta semana en Doha (Qatar) en la Convención Internacional de Comercio de Especies en Peligro (CITES), en la que participan los países que operan bajo este acuerdo internacional, ya que los 175 países miembro estarán en disposición de decidir, entre otras propuestas si concede a Tanzania y Zambia su solicitud para rebajar el estatus de protección de sus elefantes, permitiéndoles celebrar antiguas ventas de sus reservas de marfil.

Estas ventas, de acuerdo la investigación de un equipo internacional formado por 27 científicos y conservacionistas que publica la revista 'Science' podría llevar a un incremento de las matanzas de elefantes por su marfil por toda África.

Además en el artículo de 'Policy Forum', los científicos, entre los que figuran dos de la Universidad de Princeton (Estados Unidos), argumentan que la convención CITES debería rechazar estas peticiones de recuperar las ventas de marfil, que se supone que procede de animales muertos o de los que se capturan bajo las normas legales dentro de los esfuerzos de control. En el pasado, estas ventas, según estos investigadores, generaron una demanda de marfil en el mercado negro, donde el precio multiplica por diez el de aquel marfil adquirido en ventas legales.

Por este motivo, sostienen que esto fomentaría el furtivismo y que amenaza con revertir la recuperación de la población de elefantes que se lleva observando desde que se impuso la prohibición internacional de prohibir el comercio de los preciados colmillos hace dos décadas.

El equipo de científicos sostiene que Zambia y Tanzania son las mayores fuentes y cuentan con los principales corredores del tráfico del marfil ilegal africano, algo que se ha demostrado con toneladas de marfil de contrabando incautadas en 2002, 2006 y 2009.

Asimismo, recuerdan que en los últimos veinte años, la población de elefantes africanos se ha visto reducida en un 35 por ciento con respecto a su número original y su población, hoy en día aún se mantiene por debajo de los 500.000 ejemplares.

"CITES debe tener en cuenta el precedente que sentaría si estas peticiones son aprobadas", aseguró hoy uno de los autores del artículo, el investigador post-doctoral de Princeton Katarzyna Nowak, al tiempo que añade que esas ventas podrían tener implicaciones de un "alcance mucho mayor" en las poblaciones de elefantes y en su hábitat, no solo en Tanzania y Zambia, sino también en los países vecinos que comparten las poblaciones de elefantes, como los estados de África central donde "el marfil ilegal pasa a través de estos países en su camino a los mercados asiáticos".

Por su parte, China y Japón son las únicas naciones que autorizan la importación de marfil y están entre las mayores consumidores de marfil ilegal del mundo, ya que sólo tienen algún mínimo tipo de medida para asegurar que la venta del marfil tiene una procedencia legal.

"Estamos tomando decisiones que tienen un enorme impacto en los ecosistemas de todo el mundo y no podemos confiarnos en la mejor ciencia disponible", apostilló el director del artículo, Samuel Wasser, de la Universidad de Washington. "Aquí hay un problema con las decisiones de la convención en general, incluso con los impactos potenciales a largo plazo que implican estos acuerdos", concluyó.