Actualizado 28/01/2010 18:03

La ONU alerta de que los refugiados de Darfur necesitan "desesperadamente" agua y alimentos

JARTUM, 28 Ene. (Reuters/EP) -

Los refugiados de diferentes zonas de la región sudanesa de Darfur carecen de alimentos y agua debido a la falta de lluvia, y los problemas se han agravado en algunas zonas por la expulsión de los grupos de ayuda por parte de Jartum, según denunciaron este jueves varios responsables.

Varios responsables de la ONU declararon a Reuters que la región sólo se ha visto favorecida por "una fracción" de lluvia durante los años anteriores, y que los grupos de ayuda planean incrementar sus esfuerzos para alcanzar a los millones de desplazados por siete años de conflicto.

"Debido al bajo nivel de lluvia durante el año pasado, las autoridades y la comunidad humanitaria esperan una escasez significativa de alimentos en los campamentos de desplazados en 2010, lo que incrementa la posibilidad de un enfrentamiento", según el comunicado de la Misión de la Unión Africana (UA) y la ONU en Darfur, la UNAMID.

Se estima que al menos 4,7 millones de personas dependen de ayuda humanitaria en esta región.

Según la UNAMID, la evaluación conjunta con diferentes agencias de la ONU ha hallado señales preocupantes de escasez en los asentamientos de Dar El Salaam y Shangil Tobay, en el norte de la región, así como en los campamentos para desplazados que los rodean. "Los desplazados necesitan urgentemente agua y alimentos", indica.

Además, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) afirmó que miles de miembros de la tribu birgit que huyen de los enfrentamientos se han trasladado a una zona que rodea Shangil Tobay, provocando tensiones con los locales. "Tenemos gente en el terreno que está evaluando la situación y apoyando los esfuerzos de mediación", indicó el portavoz de la OCHA, Samuel Hendricks.

"Una de las causas principales por la que se vive esta tensión es la escasez de agua, algo que causa una competición para conseguir recursos", añadió. Otro miembro de la ONU, que prefirió no ser nombrado, dijo que el grupo de ayuda Oxfam había dado servicios de agua en la zona antes de ser expulsados el año pasado. "Este vacío no se ha llenado aún", lamentó.

El presidente sudanés, Omar Hassan al Bashir, ordenó a trece agencias humanitarias extranjeras que dejaran el norte de Sudán el pasado mes de marzo, y cerró otras tres organizaciones locales, después de que el Tribunal Penal Internacional (TPI) emitiera una orden de arresto acusándole de crímenes de guerra y contra la Humanidad.