LUANDA, 7 Dic. (Reuters/EP) -
Siete años después de salir de una guerra civil, se estima que el 60 por ciento de la población de Angola aún vive en la pobreza, según afirmó este lunes el presidente del país, José Eduardo dos Santos.
En el discurso de apertura del congreso nacional del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), Dos Santos indicó que su partido debería hacer más para luchar contra la pobreza, y pidió a los votantes y miembros del partido que "no hagan acuerdos con la corrupción ni con la malversación de fondos estatales o del partido".
Dos Santos pidió el mes pasado al MPLA, el partido que ha gobernado Angola durante los últimos 34 años, que desarrollara "la tolerancia cero" hacia la corrupción en un intento por mejorar la imagen en el extranjero de este país africano.
"Por cada 100 angoleños, 60 son muy pobres y no pueden comer todos los días, no tienen acceso al agua potable, a la sanidad o a una casa normal", aseguró. "El desempleo, el analfabetismo y la pobreza son tres problemas muy graves y difíciles de resolver y que tienen un impacto especialmente grave sobre las mujeres, las familias y los niños", añadió.
La principal prioridad del Gobierno es terminar con la pobreza generalizada, aseguró el mandatario, que culpó de la situación actual del país a su pasado colonial y a la guerra civil que comenzó inmediatamente después de conseguir la independencia de Portugal en 1975 y que terminó en 2002.
Desde entonces, el gobernante MPLA ha intentado reconstruir Angola, pero sigue siendo uno de los países más corruptos, según el organismo Transparencia Internacional. La pobreza también ha permanecido al mismo nivel desde que terminara la guerra civil, cuando el Banco Mundial indicó que casi dos tercios de los angoleños vivían con menos de dos dólares al día.
Dos Santos está intentando conseguir un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) por un valor de 1.400 millones de dólares diseñado para reforzar el gasto social y aumentar las exportaciones para así mejorar la vida de los angoleños. El Gobierno también espera gastar casi un tercio --36.000 millones de dólares-- de su presupuesto de 2010 en sanidad y educación, además de construir un millón de casas en cinco años para los pobres.