Las escasas precipitaciones registradas han hecho de este verano en Euskadi una estación "muy seca"

Europa Press País Vasco
Actualizado: martes, 22 septiembre 2009 20:34

BILBAO 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

Las escasas precipitaciones registradas han hecho de este verano en Euskadi una estación muy seca, una calificación a la que han contribuido los tres meses estivales, según el informe meteorológico del verano 2009 dado hoy a conocer por el Departamento vasco de Interior.

Según los datos recogidos en este informe, la distribución espacial dibuja los acumulados más altos en el noreste de Gipuzkoa, por encima de los 200 milímetros, otro máximo secundario en los montes de la divisoria principal de aguas, con valores de hasta 175 milímetrtos y los más bajos en el sur de Álava, donde no se sobrepasan los 50 milímetros.

Estos registros, expresados en porcentaje respecto al periodo normal 1971-2000, muestran un déficit de precipitación en torno al 50 por ciento a lo largo del territorio.

No se han producido acumulados diarios dignos de consideración, pero sí intensidades fuertes. En concreto, la tarde del día 1 de julio tuvieron lugar chubascos tormentosos que afectaron, sobre todo, a la Llanada Alavesa, incluida Vitoria. Durante el episodio se observó el rápido desarrollo vertical de un núcleo convectivo, que llegó a alcanzar más de 14 kilómetros, produciendo granizo de gran tamaño (más de 4 centímetros) en el centro de la tormenta y precipitaciones que afectaron a amplias zonas de la capital.

Las intensidades más elevadas se observaron el día 17 de junio, chubascos fuertes de carácter tormentoso en los Montes de Vitoria (Zaldiaran 27,5 milímetros por hora), debido a líneas de inestabilidad que cruzaron la Península desde el suroeste. En agosto no se produjeron ni acumulados ni intensidades significativas.

Respecto a las temperaturas, la estación estival se comportó de manera muy cálida, llegando a extraordinariamente cálida en las estaciones de referencia de Bilbao y Vitoria, según el periodo normal 1971-2000. La media en la costa se aproximó a los 21 grados y a los 19 grados en la Llanada Alavesa, más de 1,5 grados respecto a lo normal para el conjunto del territorio. En relación a las series del siglo XXI, las medias actuales ocuparían el tercer puesto, lejos de la efeméride del año 2003, y similar a lo ocurrido en el 2006.

Los tres meses estivales obtuvieron esta misma calificación. En todos ellos se produjeron entradas de aire muy cálido procedente del continente africano. En general, fueron de corta duración, debido a la rápida alternancia entre la dorsal anticiclónica subtropical, con la baja norteafricana entrando en la Península Ibérica, y el paso de vaguadas correspondientes a depresiones atlánticas que discurren al norte del cinturón de altas presiones subtropicales.

El día 23 de agosto puede considerarse como el más caluroso del verano. Numerosas estaciones de la zona cantábrica interior registraron más de 39 grados, superando los umbrales de temperaturas altas extremas (Orozko 40,4; Alegia 40,1; Sodupe-Herrerías 39,9; Ordizia y Llodio 39,7; y Derio e Igorre 39,5).

Los mapas sinópticos muestran la Península Ibérica ese día bajo una situación en omega, la dorsal anticiclónica sobre la misma y una depresión al oeste de las Islas Británicas reforzando la componente sur del viento. En esa fecha también tuvo lugar una galerna de intensidad moderada (Punta Galea 74,4 km/h; Almike 74,1 km/h, entre las 17.00 y 18.00 horas, momento de giro del viento a oeste).

Uno de los periodos más calurosos tuvo lugar durante los días centrales del mes de agosto. Precisamente, el día 15 se registró el valor más elevado, 40,6 grados en Alegia. La situación se ve también reflejada en las temperaturas mínimas, ya que desde dicho día hasta el 19 en puntos del litoral, de la zona cantábrica interior y de la Rioja Alavesa apenas bajaron de los 20 grados, experimentando varias noches tropicales.

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