Afirma que su "debilidad" se debe a "la firmeza" del Ejecutivo y no a "planes futuribles, apelaciones al diálogo o supuestos mediadores"
BILBAO, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha advertido de que el Gobierno central seguirá "actuando con toda la fuerza de la ley" hasta la "extinción total" de ETA, aunque ésta "no sea más que un pequeño rescoldo de lo que fue".
Además, ha defendido que la "debilidad estratégica" de la banda armada se debe a "la firmeza" del Ejecutivo, que "ha ido obligando a ETA a rebajar sucesivamente sus posiciones", y no a "planes futuribles, apelaciones al diálogo o supuestos mediadores".
En una 'tribuna' de opinión que este domingo publica el diario Deia en un especial dedicado al cuarto aniversario del anuncio del fin de la actividad de ETA, Fernández Díaz afirma que, en ese periodo de tiempo "ha quedado meridianamente claro" que no se le debe "nada" a ETA "por dejar de matar" y que "nada va a conseguir tampoco por ello".
Según ha apuntado, el Estado de Derecho "no está en suspenso" y mientras la banda terrorista "siga existiendo, aunque no sea más que un pequeño rescoldo de lo que fue", el Gobierno seguirá "actuando con toda la fuerza de la ley hasta su extinción total". "Porque ningún Estado democrático de Derecho podría permitirse nunca un espacio de impunidad que, por otro lado, no sería mera ausencia de justicia, sino la mayor de las injusticias", ha explicado.
Para el ministro de Interior, a cuatro años de declarar el cese definitivo de su actividad, ETA está "peor que nunca como organización, con su estructura limitada a unos pocos miembros, sin referentes con galones a los que recurrir y cada vez con menor influencia en la agenda política".
En su opinión, el hecho de que la banda se encuentre "estratégicamente debilitada" se debe a "la firmeza del Gobierno", que "ha ido obligando a ETA a rebajar sucesivamente sus posiciones", y no a "planes futuribles, ni apelaciones al diálogo, ni a la actividad de los supuestos mediadores o facilitadores internacionales". "En ese camino, además, Francia nos está acompañando hasta el final, tal y como reiteradamente ha declarado el ministro Bernard Cazeneuve", ha puntualizado.
Fernández Díaz ha advertido de que cuatro años es "tiempo suficiente" para que ETA "se hubiera desarmado si realmente ese fuera su deseo" porque "para ello no necesita verificadores ni facilitadores que acudan a los zulos, como interesada y falsamente se ha venido sosteniendo".
"LOS MEJORES VERIFICADORES"
Ha recordado que "no son pocas las organizaciones terroristas que se han autodisuelto o que se han desarmado de forma rápida y directa, comunicando la situación de las armas y explosivos a las fuerzas de seguridad, que son los mejores verificadores y los únicos que han quitado armas de la circulación en estos cuatro años de desarme ficticio".
A su juicio, en ETA "prima más sacar rédito político y personal y también blanquear su pasado, aunque sea a costa de los presos y de sus familias" y considera que los familiares de los reclusos "se han convertido en rehenes de la contumacia de ETA en intentar sacar rédito de su desarme".
"Después de fracasar en su intento de negociar armas por presos, de su fracaso en mover a la comunidad internacional o de intentar implicar a Francia, y del ridículo del falso sellado, ahora ETA añade más tiempo a su agonía y prolonga el muro que pone a sus presos y a las salidas legales individuales", ha lamentado.
Por ello, considera que "más que el desarme de una ETA residual", el objetivo de "los demócratas" debe ser "culminar el proceso de disolución de ETA, de 'iure' o 'de facto', junto al reto de la plena deslegitimación del terrorismo y de los terroristas".
"APOYADO Y COMPLEMENTADO"
En este punto, alude "especialmente" a "aquellos que durante años han apoyado y complementado políticamente el asesinato, la extorsión y la persecución del que pensaba diferente".
Fernández Díaz ha reivindicado "la dignidad, memoria y justicia para las víctimas del terrorismo a las que tanto debemos como sociedad".
Según ha señalado, estas cuestiones "pasan, ineludiblemente, por un relato justo con la verdad histórica de lo sucedido, lejos de ambigüedades o de intentos de difuminar responsabilidades en un supuesto conflicto que nunca existió". "Sin ETA ya, se abriría un tiempo para la esperanza y la convivencia, una convivencia que durante décadas ETA secuestró", concluye.
