Unzalu apuesta por adoptar normas cada vez más restrictivas que impidan la producción de transgénicos

La consejera de Medio Ambiente cree necesario trabajar para que los ganaderos puedan disponer de piensos libres de transgénicos

Europa Press País Vasco
Actualizado: jueves, 18 junio 2009 17:14

BILBAO, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -

La consejera de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca del Gobierno vasco, Pilar Unzalu, señaló hoy la necesidad de establecer un identificativo común para los productos sin transgénicos, avanzar en establecer cada vez normas más restrictivas que impidan de facto la producción de estos productos y, en el caso de las producciones ganaderas, desarrollar un trabajo previo al objeto de que realmente se puedan disponer de piensos libres de transgénicos.

Unzalu inauguró hoy en Urbino (Italia) la Conferencia de la Red Europea de Regiones Libres de Transgénicos, presidida por el País Vasco y que agrupa a 49 regiones europeas que abogan por los cultivos tradicionales frente a los transgénicos.

En esta reunión, se analizaron las moratorias que algunos Estados europeos están estableciendo sobre distintas variedades de transgénicos, aprobadas por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, así como el desarrollo del convenio firmado el pasado año con la organización Slow Food, y el contenido de la reunión con el Parlamento Europeo que se celebrará el próximo otoño.

En su discurso de apertura, Pilar Unzalu expresó el "claro rechazo" del Gobierno vasco a los cultivos transgénicos, afirmando que "los transgénicos chocan con la política de calidad que desarrollamos, una política de calidad que cada vez tiene un aspecto más global".

"Nuestros productos agroalimentarios engloban bajo un mismo concepto no sólo la calidad organoléptica, sino la producción artesanal, el respeto al medio ambiente, la calidad del entorno, etc", indicó, para precisar que "cada día más los aspectos ambientales y el respeto a la biodiversidad son tomados como descriptores de la calidad de nuestros productos agroalimentarios y, como no puede ser de otra forma, los transgénicos no tienen cabida en este concepto de producción".

RETOS

Unzalu subrayó las implicaciones de las acciones que la Red está poniendo en marcha y afirmó que "hay que encarar nuevos e importantes retos, cuyas propuestas de acción se derivarán de los grupos de trabajo actualmente existentes".

Entre estos retos, destacó la definición de un nuevo modelo jurídico de la Red de Regiones que facilite, por una parte, la organización de las diferentes acciones operativas que deban desarrollarse, permita crear una mínima estructura de soporte y posibilite presentarse ante instituciones y gobiernos como un nuevo organismo estable y consolidado.

Asimismo, abogó por el establecimiento de un identificativo común para los productos sin transgénicos, así como un pliego de condiciones técnicas que establezcan el marco de su utilización, así como los sistemas de control. Según dijo, la adopción de dicho identificativo, así como de los pliegos de condiciones por las Regiones de la Red y por otras organizaciones como Slow Food, podrá hacer que llegue a los consumidores y pueda convertirse en una referencia europea de etiquetado.

Además, consideró necesario, en lo que corresponde a coexistencia, "avanzar no sólo en establecer cada vez normas más restrictivas que impidan de facto la producción de transgénicos, sino también en recopilar los trabajos de investigación que se realizan en los distintos centros europeos, al objeto de poder argumentar las posiciones políticas de la Red ante la Unión Europea".

Unzalu advirtió de que "si queremos poder etiquetar y difundir a los consumidores los productos sin transgénicos, en el caso de las producciones ganaderas se debe desarrollar un trabajo previo al objeto de que realmente se puedan disponer de piensos libres de transgénicos, siendo por todos conocido que la soja, componente importante en la elaboración de piensos, es uno de los mayores problemas en la actualidad".

"Unir en este esfuerzo a los fabricantes de piensos, los ganaderos y la distribución, será sin duda uno de nuestros objetivos", aseguró la consejera de Medio Abiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca.

RED DE REGIONES LIBRES DE TRANSGÉNICOS

La Red de Regiones Libres de Transgénicos es una organización supranacional creada en el año 2003 por diez miembros fundadores. Euskadi ostenta la presidencia desde el mes de abril de pasado año 2008, mientras que las vicepresidencias corresponden a Toscana, Alta Austria y Bretaña.

En todos estos años se ha trabajado, tanto mediante iniciativas de gobiernos regionales como desde el conjunto de la agrupación, para el reconocimiento por parte de la Comisión Europea de la capacidad de las regiones de decidir sobre producciones de transgénicos.

Con este fin, se han realizado contactos políticos con las diferentes instituciones europeas, se han incrementado el número de regiones asociadas (de 10 a 49), se han desarrollado acciones en distintos ámbitos como por ejemplo sobre la posibilidad de garantizar en Europa el aprovisionamiento de piensos sin transgénicos, se ha promovido acciones de divulgación y se han establecido nuevos objetivos como la posibilidad de establecer normas de coexistencia comunes, o un logo común para los productos sin transgénicos.

Todas las regiones que forman parte de esta Red han desarrollado políticas agrarias basadas en la calidad de sus producciones agroganaderas, tratando de buscar en la diferenciación de sus productos a través de la calidad y las variedades autóctonas y la producción artesanal, así como la competitividad y viabilidad del sector agroganadero.

Sin embargo, no todas las regiones europeas tienen capacidad legal para legislar sobre coexistencia. Por esta razón, la Red ha solicitado a las instituciones europeas que se reconozca la posibilidad de crear zonas libres de transgénicos en aquellas zonas donde existan necesidades específicas tanto por intereses sociales o socio económicos específicos, como por condiciones ambientales particulares.

Por lo que se refiere a Euskadi, y en el ejercicio de sus competencias en este campo, el Gobierno vasco aprobó a finales de pasado año el "Decreto Regulador de la Coexistencia de los Cultivos Transgénicos con los Convencionales y Ecológicos".

El objetivo es proteger las producciones convencionales y ecológicas, impidiendo "de facto" la presencia de organismos modificados genéticamente en los productos vegetales obtenidos, y consiguiendo así una coexistencia real y eficaz de cultivos modificados genéticamente con los otros modos de producción agrícola.

La competencia para la autorización de variedades/especies genéticamente modificadas reside en la Comisión Europea en primer lugar, y después al Gobierno español, de forma que la Comunidad Autónoma Vasca no puede ni autorizar ni prohibir la introducción de transgénicos, por lo que lo máximo que puede hacer en regularlos.

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