El Museo de Bellas Artes de Badajoz dedica una exposición antológica al pintor Nicolás Megía

Actualizado: viernes, 21 enero 2011 15:28

BADAJOZ, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -

Una exposición antológica del pintor extremeño Nicolás Megía Márquez ha sido inaugurada en la tarde de este jueves en el Museo de Bellas Artes de Badajoz.

La muestra, "largamente esperada y por fin producida", se caracteriza, entre otros valores, por ser la más amplia dedicada al artista y por sacar a la luz 60 cuadros inéditas del artista, destaca la Diputación de Badajoz en nota de prensa.

Las 152 obras reunidas, en gran parte gracias a préstamos de particulares y aportaciones de la familia, han necesitado las salas primera y segunda de la pinacoteca con un recorrido distribuido por temas y técnicas pictóricas.

La vicepresidenta y diputada provincial de Cultura de la diputación pacense, Inmaculada Bonilla, ha sido la encargada de inaugurar la muestra que permanecerá abierta al público hasta el próximo 20 de marzo.

Previamente, el director del museo ha resaltado, evocando la figura de un poliedro, el "arduo" trabajo que ha supuesto la organización de esta exposición, no sólo por la búsqueda y selección de obras, ni por la "profunda y detallada" investigación realizada sobre la vida y producción del pintor o por aquellos asuntos relacionados con seguros, transporte, montaje y difusión.

Román Hernández ha destacado así las necesidades de restauración surgidas al comprobar el estado de conservación de parte los cuadros.

"En este sentido -ha revelado su director- el Bellas Artes ha hecho el mayor esfuerzo económico y humano de los realizados hasta ahora en materia de restauración y enmarcaje de obras. Conviene conocer y poner de relieve ese esfuerzo discreto y oculto que durante más de nueve meses se ha desarrollado en los talleres del mueso por dos restauradoras".

CALIDAD

La impronta de Nicolás Megía (Fuente de Cantos, Badajoz, 1845) se sustenta en el legado y calidad de su trabajo. Así lo ha corroborado Inmaculada Bonilla al referirse a los grandes pintores que ha dado la región, pues si en la historia del arte universal destacaron dos extremeños, Luis de Morales en el siglo XVI y Francisco de Zurbarán en el XVII, en la del arte de Extremadura del siglo XIX sobresalieron el cacereño José Bermudo, el pacense Felipe Checa y el fuentecanteño Nicolás Megía Márquez.

Longevo para su época, Megía Márquez falleció en Madrid a los 71 años. Aportó una extensa producción pictórica durante casi medio siglo de creación, "lo que le hace merecedor de la mejor exposición, la única antológica dedicada a su obra realizada en Extremadura, y del correspondiente catálogo que el museo se ha esforzado en producir", señaló la diputada.

En los espacios donde se exhiben las obras, la distribución se ha ordenado por temáticas y técnicas. Así, en la primera primera planta, el itinerario dirige al visitante por salas dedicadas al retrato y autorrretrato, copias y composiciones de estudio, mujer italiana, paisaje, bocetos sobre la obra "La defensa de Zaragoza" (segunda medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1890) y una recreación del taller que el pintor poseía en el número 16 de la madrileña calle Martín de los Heros cuando a finales de 1881 volvió definitivamente a España y estableció su estudio en la capital.

Este recorrido desemboca en la estancia principal que acoge el lienzo más destacado de Megía, el titulado 'Laboremus', fechado en 1880 y perteneciente al Museo Nacional del Prado. De 234 x 145 centímetros, es la pintura de mayor formato de cuantas se exhiben en la muestra. Una réplica menor, propiedad de la pinacoteca pacense, se ha integrado también en el conjunto de trabajos expuestos.

La segunda planta ofrece colecciones dedicadas a la figura masculina y femenina y a series de dibujos, acuarelas y grabados. Entre las obras de mujeres sobresale la denominada 'Odalisca' (1884), óleo sobre lienzo de 113 x 84 centímetros.

ORIGINALIDADES

Esta exposición presenta dos originalidades, una de ellas relacionada con la posibilidad de poder contemplar el original de su cuadro más relevante, el 'Laboremus' anteriormente citado.

La otra, ha revelado Bonilla, tiene que ver con la recreación del taller que el artista montó en España tras varios años ampliando estudios en Roma y París gracias a una beca concedida por la Diputación de Badajoz. Fue un activo participante del mundo cultural madrileño que orbitaba entre el Círculo de Bellas Artes y la Real Sociedad de Acuarelistas, técnica en la que sería maestro de reconocido prestigio.

En esta recreación de su taller -ha descrito la vicepresidenta provincial- se exhiben los objetos, piezas y obras del mismo que fueron propiedad del pintor y que posee su familia.

Entre el material recopilado se observan libros, medallas conmemorativas de exposiciones nacionales, pipas de tabaco, la famosa calavera que trasladó a algunos de sus lienzos, un muestrario de academias con modelos al natural, diplomas, muebles y antigüedades.

Esta traslación, según escribe la comisaria de la exposición, María Teresa Rodríguez, proporciona, sin duda, una rica información acerca de sus amistades, influencias, criterios de composición y modelos, así como del proceso pictórico que siempre prestaba mayor atención al rostro y las manos.