Comienza este lunes en Mérida el juicio a una veterinaria y 11 cazadores acusados de matar 41 galgos por no poder cazar

Archivo - Un guardia civil junto a los restos encontrados en Ribera del Fresno. Archivo.
Archivo - Un guardia civil junto a los restos encontrados en Ribera del Fresno. Archivo. - GUARDIA CIVIL - Archivo
Actualizado: domingo, 20 noviembre 2022 18:53

   MÉRIDA, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

   El Juzgado de lo Penal número 1 de Mérida acoge desde este lunes el juicio a una veterinaria y once cazadores por matar presuntamente a 41 galgos desechados para la caza.

   El proceso durará cinco días, pero durante su inicio este lunes, la protectora animalista El Refugio, personada como acusación en la causa, desplegará una pancarta y su presidente, Ignacio Paunero, asistirá a la sala.

   Hay que recordar que el 25 de agosto de 2019 agentes del Seprona en la localidad pacense de Ribera del Fresno encontraron el cadáver de un galgo en un agujero en el terreno, restos óseos y un cuchillo. "Al pasar el lector de microchip el animal estaba identificado, la perrita en cuestión se llamaba Borrasca, de tres años de edad. Su finalidad la de ser utilizada para cazar", ha informado El Refugio en nota de prensa.

   Agentes del Seprona interrogaron al propietario que manifestó que llevó a la perra "a Sole, la veterinaria del pueblo y le dije que la perra no me vale, y me dijo, si no te vale, se le pone una inyección, se le da de baja y ya está". Entonces, "después de sacrificarla la llevé a San Isidro y la enterré y después de enterrarla le puse dos ruedas encima", ha asegurado la protectora animalista al recordar el relato del dueño del animal.

   "A partir de ahí el Seprona comprueba que, durante los años 2017, 2018 y 2019 la acusada dio de baja a 166 perros, de los cuales 41 apuntaban serios indicios de responder a la misma práctica que llevó a cabo con la galga Borrasca", ha indicado.

   Además, "11 cazadores de la comarca, indiciariamente, tenían como práctica habitual deshacerse de los perros que utilizaban para cazar cuando estimaban que nos les servían", para lo que se ponían en contacto con esta veterinaria, "quien ejecutaba presuntamente los sacrificios tanto en su centro veterinario como en las instalaciones de los propietarios dentro de la comarca".

   Por ello, "cobraba por ello a los cazadores entre 10 y 15 euros, cantidad bastante inferior al precio estipulado en cualquier centro veterinario por una eutanasia, que suele rondar los 40 euros", ha asegurado El Refugio, consignando como causa del fallecimiento enfermedad o accidente, "motivos completamente falsos presuntamente".

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