Restaurado el Retablo Mayor de la parroquia de San Sebastián de Llera, pieza que data del siglo XVI

Actualizado: domingo, 18 noviembre 2007 12:11

LLERA (BADAJOZ), 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Parroquia de San Sebastián de Llera luce nuevamente una de las joyas artísticas de la localidad, el Retablo Mayor de la Parroquia de San Sebastián de Llera, tras una restauración

El Retablo Mayor data del siglo XVI. En el año 1578, el concejo de Llera encargó al sevillano Francisco Isidro de Aguilar y al flamenco Rodrigo Lucas, la realización del retablo mayor de la iglesia parroquial del lugar pero no fue hasta cuarenta años después, en 1618, cuando se terminó la obra, según consta en una inscripción que hay en el primer cuerpo del mismo.

En el transcurso de esos años el retablo se vio afectado por numerosas incidencias como varios traspasos del contrato para su ejecución de unos artistas a otros, pleitos o impagos; que, por supuesto, afectaron a la traza del proyecto original, sufriendo éste cambios a lo largo del proceso.

Según informó el Ayuntamiento de Llera, no era lo habitual tardar tanto en levantar un retablo, de hecho la media para uno pequeño era de cinco a diez meses, y para los de tipo medio, como el que nos ocupa, la media venía a estar entre y cuatro años.

El retablo de Llera pasó por numerosas manos, hasta doce artistas de diferentes oficios se hicieron cargo de él, entre ellos Andrés de Ocampo, Juan Bautista el Joven, Cristóbal Gutiérrez y Juan Oviedo de la Bandera.

Francisco Isidro de Aguilar y Rodrigo Lucas, fueron los autores de las trazas o plano del mismo. Rodrigo Lucas además labró los relieves de los evangelistas y ángeles del banco, también el Sagrario.

A partir de 1589 Luis Hernández, de Llerena, se hizo cargo de la arquitectura y de las imágenes escultóricas, modificando las trazas originales, de sus esculturas sólo se conserva el San Sebastián, habiendo desaparecido las de las hornacinas del primer cuerpo. Finalmente en 1616, se contrata la pintura y el dorado a los pacenses Sebastián Salguero y Gonzalo Sánchez Picaldo.

Se trata de una "notable" obra de "severo" diseño clasicista, de grandes dimensiones, compuesta por un banco, tres cuerpos y un remate.

El remate es un frontón curvo con un medallón en el que figura la imagen de Santiago Matamoros y el programa iconográfico desarrolla un amplio repertorio de tallas y pinturas de diversas características y autores.

El retablo jugaba un importante papel, ya que su función era ilustrar con imágenes los principales pasajes de los evangelios o de vidas de santos, para que la gente contemplara la representación de los pilares de la religión. Entre las figuraciones aparecen pinturas de diferentes santos y escenas de Jesús y María, sobresaliendo entre las imágenes la del titular del templo, San Sebastián.