El 'air mulching' se aplica desde este lunes en Pindo y otras zonas para evitar erosión y riadas tras el fuego

El director del centro de investigación forestal de Lourizán, José Antonio Vega
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 7 octubre 2013 7:03

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -

El 'air mulching', una técnica "novedosa y muy eficaz" para evitar la erosión del suelo y las riadas en terrenos afectados por los incendios forestales, se aplicará desde este lunes en el entorno de monte Pindo, en Porto do Son (A Coruña) y en Ponte Caldelas (Pontevedra).

Consiste en lanzar paja de trigo --que va encapsulada a baja presión-- desde helicópteros, según explicó el director del centro de investigación forestal de Lourizán (Pontevedra), José Antonio Vega Hidalgo, en una entrevista concedida a Europa Press.

Al respecto, señaló que cuatro equipos de la Consellería de Medio Rural que trabajan bajo su coordinación llevan ya tres semanas evaluando distintas zonas quemada sobre el terreno, para lo que realizan inventarios a base de fotografías y análisis pormenorizados del estado de las distintas capas del territorio y la vegetación, entre otros elementos.

O Pindo, Ribasieira (en Porto do Son) y Castro Barbudo (Ponte Caldelas) recibirán tratamiento aéreo de 'mulching' o 'acolchado' desde este lunes y, previsiblemente, también durante el martes y el miércoles. Las labores manuales, desde tierra, comenzaron ya en todas estas localidades y también en los municipios pontevedreses de Oia y O Rosal, a los que se dio prioridad por el peligro de escorrentías que afectasen a los núcleos de población de Acebedo y Barrionuevo.

Junto al 'acolchado', en cuyo desarrollo y aplicación fue pionero este organismo investigador gallego (en 2006 y 2010, respectivamente), los técnicos (personal de la empresa pública Seaga) ejecutan otros sistemas, pues el tratamiento suele ser "combinado".

Así, prestan atención a la red de drenaje y colocan otros materiales como barreras biodegradables rellenas de paja en los cauces de los ríos para evitar posibles efectos de las primeras precipitaciones del otoño sobre los puntos arrasados por el fuego.

Junto a los habitantes de las aldeas se tratan de proteger también los bancos marisqueros y, sobre esto, Vega Hidalgo determinó que hay riesgo, fundamentalmente, en Carnota y Porto do Son. Sin embargo, en Oia y O Rosal, donde los pasados días se detectaron arrastres de suelo debido a las lluvias, las consecuencias quedaron lejos de afectar a la costa.