SANTIAGO DE COMPOSTELA 29 May. (EUROPA PRESS) -
Unións Agrarias alertó hoy de que los agricultores y ganaderos gallegos están observando "con pesar" la abundancia de lluvias en esta época, ya que ha provocado pérdidas que ascienden la cerca de 36 millones de euros en el conjunto de Galicia en lo que se refiere a la producción de hierba para ensilado.
El motivo, es que las abundantes precipitaciones de abril y mayo están a mermar el valor nutritivo de este producto, fundamental en la alimentación de la ganadería gallega. Estas lluvias persistentes, que además llegan con retraso, están a incidir negativamente en el campo gallego.
Por hectárea, las pérdidas consiguen los 156,7 euros en esta materia, que es fundamental en la alimentación de la ganadería gallega. En esta época, la hierba ya tenía que estar recogida y, sin embargo, aun permanece en gran medida en los prados.
Lo preocupante, según alertó Unións Agrarias, es que cuanto más se retrase la cosecha menor va a ser su calidad proteica y su digestibilidad, repercutiendo en la calidad de la alimentación del ganado.
Galicia dispone de una superficie de praderas de 228.474 hectáreas, que producen 2.647.502 toneladas de materia seca. En el primero corte de la hierba se obtiene el 60% de su producción, que en toneladas son 1.588.501,2 de materia seca.
No obstante, el sindicato lamentó que las adversas condiciones climatológicas que se están dando no posibilitaron la recogida para lo ensilado del 50%, reduciendo la producción en ese porcentaje, que traducida la toneladas supone 397.125 toneladas de materia seca que se pierden.
MAÍZ.
En el caso del maíz, en Galicia se emplean ciclos medios, sembrándose la mediados de mayo y recogiéndose en octubre. El retraso en la siembra, motivado por la persistencia de las precipitaciones, lleva consigo un desfase del ciclo, que pasará a ser corto, reduciéndose en consecuencia el volumen de producción.
Con este retraso de fechas, el descenso de producción de este cultivo se calcula en un 15%, perjudicando gravemente a los ganaderos, que tendrán que recurrir a la compra de otros productos para alimentar al ganado.
Asimismo, el terreno encharcado por la lluvia hace imposible sembrar el maíz, ya que resulta muy peligroso lo manejo de maquinaria, lo que supondría un gran riesgo laboral para los agricultores.