Algunas de ellas tienen pensado dedicarse a la construcción, aunque reconocen que les "pondrán algunas pegas" por el hecho de ser mujer
VILAR DE SANTOS (OURENSE), 7 (EUROPA PRESS)
Un total de veintidós mujeres y sólo dos hombres trabajan desde el pasado mes de julio en la restauración de una aldea abandonada en el municipio ourensano de Vilar de Santos a través de un taller de empleo remunerado en el que aprenden el oficio de la cantería. El sector de la construcción es uno de los que cuentan con menos trabajadoras, pero la situación está cambiando.
Una muestra del cambio es este taller de empleo de Vilar de Santos (Ourense). Elvira Mínguez Quelle, una de las alumnas, explicó a Europa Press Televisión que en él "están aprendiendo a hacer paredes de cantero, a reformar muros antiguos, a construir paredes".
A raíz de su experiencia esta mujer confiesa que una vez acabado el taller le gustaría dedicarse a la construcción. "Tengo pensado seguir con las obras siempre que pueda", aunque reconoció que por el hecho de ser mujer seguramente "me pondrán algunas pegas pero intentaré llevarlas y seguir adelante con mis ideas".
Elvira Mínguez se muestra firme en sus planteamientos, algo que ha mantenido a lo largo de toda su vida, personal y profesional. Comenzó trabajando en la hostelería, luego trabajó en una peluquería, en empresas de automoción, lo que no le impidió seguir formándose. "Hice ingeniería industrial", declaró, aunque "por circunstancias personales" tuvo que dejar la empresa que montó en esa área. Después de eso, Elvira tuvo un restaurante, es perito calígrafo y experta en documentoscopia.
A pesar de su currículum, Elvira Mínguez tiene claro qué hace en el taller de cantería. "Trabajar, ganarme un dinerito para poder vivir y darle lo necesario a mi hija", dijo.
Esta mujer cree que para que se acaben las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de desempeñar ciertos empleos, lo único que tienen que hacer los hombres "es darnos la oportunidad, si no nos la dan no podemos demostrar lo que se puede hacer, tan sencillo como eso".
Precisamente, la Xunta de Galicia acaba de anunciar que la Consellería de Vivenda va a incentivar en los concursos para construcción de viviendas públicas a las empresas constructoras que contraten mujeres.
GUERRA DE SEXOS
Rosa Vázquez Villarino es otra de las mujeres participantes en este taller de cantería. A sus 41 años de edad, esta auxiliar de clínica que nunca pierde la sonrisa, reconoce que nunca trabajó en la cantería pero "experiencias como éstas son muy interesantes".
Al preguntarle por su familia, si la apoyaban, Rosa Vázquez no puede evitar una sonrisa al confesar que su marido es "cantero" por lo que se ha establecido "una relación un poco complicada" al dedicarse los dos a la misma profesión.
"Él tiene muchísima experiencia, empezó con catorce años, y yo llevo un año", declaró, aunque esta mujer reconoce que esta circunstancia no evita que se produzcan situaciones "simpáticas porque yo sé nombres teóricos que el no conoce".
A pesar de llevarlo con humor, Rosa Vázquez reconoce que "algo de rivalidad profesional hay" ya que "hoy en día los hombres que una mujer les discuta del tema no les es sencillo asumir, no porque antes las mujeres no hicieran muros sino porque no discutían, porque no sabían teórica".
Por último, Rosa Vázquez piensa que las mujeres podrían "hacer mucho más", y nos confesó que una vez acabado el curso volverá a su profesión de auxiliar de clínica "pero si tengo que volver a trabajar de esto no hay ningún problema". "No vuelvo por mi marido", dijo entre risas.