Los comercios de compraventa de oro aumentan un 300% en pocos años por la crisis, pero la competencia limita el negocio

Una buena parte del oro adquirido en España se exporta a los países emergentes, como India, China o Rusia

Europa Press Galicia
Actualizado: sábado, 23 abril 2011 15:13

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

Los comercios de compraventa de oro han proliferado en los últimos años y, de hecho, el vicepresidente de la Asociación Española de Tasadores de Alhajas (AETA), Jesús Ángel Ruiz Mayoral, ha detectado un aumento del 300 por cien. Sólo en la capital gallega, existen unos ocho establecimientos de este tipo, aunque la competencia entre estos locales empieza a limitar el negocio del metal preciado.

Así, varios encargados declararon a Europa Press que en Santiago de Compostela sólo dos establecimientos funcionan desde hace décadas, pero el resto son de reciente creación. En este sentido, han coincidido en que "hay mucha competencia y ya no se hace tanto negocio como antes".

Pese a que ni los ayuntamientos ni la Xunta tienen un registro de este tipo de establecimientos, estos comercios se han multiplicado en las principales ciudades españolas y gallegas, un aumento que Ruiz lo achaca a dos factores, por un lado, el incremento del precio del oro, y, por otro, la crisis, que lleva a muchos ciudadanos a desprenderse de sus joyas de familia.

El metal se encuentra en una tendencia alcista desde hace una década. Su incremento de precio se ha acelerado, además, desde el inicio de la crisis, puesto que es considerado un valor seguro por los inversores en épocas de inestabilidad económica, tal y como ha ratificado el propio vicepresidente de la asociación.

La onza troy de oro --la unidad de medida más empleada en los mercados internacionales, equivalente a algo más de 31 gramos-- valía 289 euros a principios de 2001. Cinco años después, en 2006, la misma cantidad sobrepasaba los 500 euros. En el primer trimestre de 2009, la onza ya rozaba los 800, y a final de 2010 escaló hasta los 1.071 euros, según datos extraídos de la página www.goldprice.org.

FACTOR CRISIS

Por otro lado, se encuentra el factor crisis, que castiga a las familias gallegas, por lo que son muchas las personas que optan por cambiar sus joyas por dinero en efectivo.

Según datos del Instituto Galego de Estadística (IGE), 390.195 personas, el 14,32 por ciento de los habitantes de la Comunidad, están en riesgo de pobreza, y si no fuera por las prestaciones sociales, la tasa ascendería al 32 por ciento. Más de la mitad de los hogares gallegos llegan con dificultades a fin de mes.

Así, el gerente de uno de los establecimientos situados en Santiago de Compostela ha descrito que el perfil de los que acuden a su establecimiento es el de un individuo "que no tiene trabajo" y que se deshace de las "joyas y objetos valiosos que tiene por casa" para conseguir liquidez. Por el contrario, el porcentaje de clientes que se deshace de las joyas porque "el oro ya no se lleva" es "muy pequeño", según Ruiz.

HACIA EL EXTRANJERO Y TASACIÓN

Algunos de los negocios revenden los objetos que adquieren, pero una buena parte de ellos sólo compra. Aunque ninguno de los negocios consultados por Europa Press han querido desvelar el destino de los objetos obtenidos, según Jesús Ángel Ruiz, una buena parte del metal que se compra en estos negocios va "hacia el extranjero", en particular hacia los países emergentes, como China, Rusia y la India.

El vicepresidente de AETA admite que no dispone de "datos concretos", pero calcula que el flujo de exportación de oro se ha multiplicado "por 20 o 30", con respecto a hace unas décadas.

Ruiz añade que estos establecimientos tienen un modelo de negocio diferente al de las joyerías o casas de empeños tradicionales. Así, el cargo de la organización de tasadores española explica que "muchas veces no quieren saber nada" de las piezas elaboradas y no tienen en cuenta el valor artístico de las joyas. Los negocios consultados por Europa Press coinciden en que, pese a que pueden pagar "algo más" por una pieza particular, como un reloj de oro, se dedican preferentemente a valorar el metal.

Asimismo, algunos rechazan adquirir piedras preciosas y no realizan contratos de empeño. El negocio, en su caso, consiste en "pagar lo menos posible" por los objetos, y luego venderlos más caros a otros compradores; o fundirlo y venderlos al mercado internacional de metales preciosos. Así, Ruiz estima que el oro se paga "un 25, 30 o incluso 50 por ciento" por debajo del precio.

Por otra parte, este tipo de establecimientos no suele contar con tasadores profesionales, según aclara Ruiz. Pese a que pueden acudir a estos especialistas "en casos puntuales", para conocer el valor de alguna pieza, la mayor parte de las estimaciones se hacen en base al peso del metal adquirido.

El vicepresidente de AETA considera que, si es posible, es preferible acudir a una casa de subastas para vender objetos valiosos. Éstas, según Ruiz, ofrecen un "mayor precio, en especial si la joya tiene valor" por su manufactura, aunque el dinero no se obtendrá con la misma inmediatez que en los locales de compra de oro y la venta no está asegurada. Las casas de subasta, en su opinión, "actuarán, además, con mayor deontología".

GALICIA, SIN RECLAMACIONES

Pese al incremento de locales de este tipo, la Unión de Consumidores de Galicia (UCGAL) ha señalado a Europa Press que no ha registrado, "en ninguna ocasión", quejas ni reclamaciones por parte de los usuarios de este tipo de conocimientos. Sin embargo, recomienda al cliente "estar presente en el tasado" de sus joyas y "acudir a un tasador" profesional.

En otras comunidades, las asociaciones de consumidores sí critican este tipo de negocio de forma más agresiva. Así, la Unión de Consumidores de Castilla-La Mancha, ha advertido de que el empeño de joyas "no es rentable, siendo una solución momentánea que empobrece a la sociedad y que no resuelve los problemas de endeudamiento".

Otra de las asociaciones, la de Extremadura (UCE), ha elaborado un informe sobre este tipo de negocios, con el nombre de 'No es oro todo lo que reluce', en el que advierte que las joyas se compran a "a la mitad de su valor real".

TRÁFICO DE OBJETOS ROBADOS

Los locales de compra de oro están obligados a seguir una serie de reglas de comportamiento, explica el gerente de un establecimiento compostelano. El cliente ha de presentar el DNI original o, si es extranjero, el permiso de residencia, y firmar su consentimiento en el contrato de venta.

El empleado, seguidamente, pesa el objeto ante el vendedor y realiza pruebas con ácidos de toque para comprobar la pureza del metal. Semanalmente, el local está obligado a dar parte a la Policía Nacional de las transacciones que realice.

Además, los objetos han de permanecer sin venderse quince días, para dificultar el tráfico de mercancía ilícita. Ruiz considera que, aunque hay muchos locales que cumplen la normativa obligada para todos ellos, hay "otros muchos que no". Con él concuerda el jefe de la Brigada de Patrimonio de la Policía Nacional, Andrés Hurtado, que ha afirmado recientemente en una declaración pública que la ley "se incumple sistemáticamente".

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