SANTIAGO DE COMPOSTELA, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno gallego aprobó hoy un proyecto de presupuesto para 2010 que asciende a 11.686 millones de euros --en su valor consolidado--, de los que 11.052 millones se corresponden a gasto no financiero, lo que supone un 3,3 por ciento menos que en el anterior ejercicio, cuando la cantidad asignada fue de 11.426 millones.
Así lo avanzaron hoy el máximo mandatario gallego, Alberto Núñez Feijóo, y la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, tras la reunión semanal del Consello de la Xunta, que dio luz verde a unas cuentas que prevén un crecimiento de la economía gallega del 0,2 por ciento, medio punto por encima de la tasa estimada por el Ministerio de Economía para el Producto Interior Bruto (PIB) español. La tasa de paro alcanzará el 15 por ciento en 2010 en Galicia, frente a la del 18,9% que prevé el Estado.
"Serán unos presupuestos realistas y austeros", sentenció Feijóo, quien avanzó también una reducción del 20% del gasto corriente en la Administración para el próximo ejercicio y cifró en un 11,9 por ciento la caída de los ingresos no financieros. La conselleira de Facenda apuntó que las cuentas "están diseñadas para crecer y salir de la crisis" y se basan en la ecuación de que "solidaridad más inversiones es igual a crecimiento".
Los presupuestos para 2010 son los primeros hechos por el Gobierno que lidera Núñez Feijóo y "los primeros con conciencia de la recesión", aseguró el mandatario gallego, que defendió que no puede "pintar" las cuentas. "No mentimos", proclamó y señaló que el proyecto está hecho para "luchar contra una profunda recesión". "Son unos presupuestos para recuperar la confianza en las cuentas públicas y a los que invitamos a todos para hacer aportaciones", ofreció.
Al realismo y la austeridad añadió el presidente gallego, como tercer pilar, el de "la solidaridad y el empleo", con el fin de garantizar la "cohesión social" y procurar que "cada euro" cree puestos de trabajo.
La economía gallega, dijo, "no va a ser capaz todavía de crear empleo", pero sí de "parar la destrucción" del mismo y fijó como objetivo que en el ejercicio próximo el ritmo se reducirá a la mitad con respecto al vigente, al pasar del 4,2 al 2,1 por ciento.
CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA
El PIB, por su parte, "por fin crecerá" y abandonará las tasas negativas, con un avance estimado del 0,2 por ciento. "Es un crecimiento realista", afirmó el presidente y lo contrapuso a las previsiones estatales de decrecer un 0,3 por ciento, un cálculo que "no es realista".
El mismo argumento fue apoyado por la titular de Facenda, en base a las proyecciones de organismos internacionales y el cálculo de que el Xacobeo "incide en, al menos, un 0,5 por ciento" en positivo en la economía gallega.
MÁXIMO DE ENDEUDAMIENTO
En cuanto a los ingresos, existe una "importante restricción financiera" que Fernández Currás atribuyó a la caída (del 12,94 por ciento) de las transferencias a cuenta por parte del Estado, que representan el 81,6 por ciento de los ingresos del Gobierno gallego.
El ejecutivo autonómico confirmó que recurrirá a toda la deuda permitida, que se sitúa en el 2,5 por ciento del PIB, según aprobó la pasada semana el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). Esta vía supondrá 1.521,8 millones de euros que se emplearán "íntegramente para inversiones productivas", dijo la conselleira.
Núñez Feijóo reiteró el anuncio, hecho ayer, de que pese a ese descenso del 11,9 por ciento en los ingresos no financieros, se incrementa en dos puntos el gasto social (pasa del 66,4% al 68,5% del presupuesto). Las inversiones avanzan un 1,3 por ciento y alcanzarán los 1.520 millones.
GASTO DE PERSONAL
El gasto de personal, concretó Fernández Currás, aumenta en 2010 un 2,2 por ciento, "un incremento muy moderado, teniendo en cuenta los de los últimos años, del 6 o el 7 por ciento".
Dentro de esta subida está la pactada en el Estado para la función pública, del 0,3 por ciento el año que viene, y "únicamente las plazas que derivan de sentencias condenatorias a la Xunta", que obligan a incluir personal. Una disposición de la futura ley de presupuestos "congela" los salarios de los altos cargos y de todos los que cobran como tal, incluidas las empresas públicas.