SANTIAGO DE COMPOSTELA, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, reivindicó hoy la Ofrenda al Apóstol que se celebra cada 25 de julio como una "tradición identitaria del país", que se remonta a más de tres siglos de antigüedad, frente a las críticas de su socio de Gobierno, el BNG, que ya anunciado que no asistirá a los actos religiosos del próximo martes por entender que evidencian "el afán" de los socialistas por "continuar el fraguismo sin Fraga".
En la rueda de prensa posterior al Consello, Touriño, que este año ejercerá como delegado regio, defendió la "continuidad histórica" de esta ceremonia en base a que, en sus 350 años de trayectoria, "no se constata que nadie, ninguna institución, le haya fallado a la Casa Real, que realiza esa ofrenda, ni a Santiago ni a Galicia".
En consecuencia, subrayó que él, como máximo mandatario autonómico, "no contribuirá a que, por primera vez en la historia, se le pudiera hacer un feo o un vacío" a las instituciones representadas, si bien rechazó "evaluar si un miembro del Gobierno, dos, tres o 45 van a ir".
"Eso forma parte de otra historia y del comportamiento que cada uno pueda tener", sentenció en referencia a la anunciada ausencia del vicepresidente, el nacionalista Anxo Quintana; de los cuatro conselleiros del Bloque y de los altos cargos de la formación frentista en la Xunta.
"NO FALLAR"
Así, Touriño se limitó a defender "su tarea como presidente" que, según él, es la de "no fallar, igual que no falló Zapatero, que estuvo ahí cuando tuvo que estar, igual que el presidente anterior, y el anterior del anterior, y así sucesivamente". "Nunca, ningún presidente ni ninguna institución falló a Galicia, ni a Santiago ni a la Casa Real", sentenció.
Además, el dirigente gallego rechazó "entrar en futuribles o apreciaciones acerca de si esto debe cambiar", en referencia a la tentativa del BNG de convertir las celebraciones religiosas del 25 de julio "en un símbolo de la nueva etapa política que vive Galicia" mediante la eliminación o bien de las medallas Castelao o de las Galicia para que estos distintivos "recuperasen prestigio".
En este sentido, los nacionalistas pretendían celebrar "un acto renovado" pactado con la Casa Real y una recepción institucional a la sociedad gallega para visualizar un cambio semejante al impulsado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
ESTAR A LA ALTURA
Por su parte, el titular de la Xunta advirtió de que "no entra en la agenda ni en los temas de prioridad del país" estudiar una posible modificación de los actos religiosos del 25 de julio y ratificó que "se mantiene la tradición". Así, reiteró que este año Su Majestad El Rey delegó en él la responsabilidad de realizar la ofrenda al Apóstol y añadió que su "esperanza es estar a la altura de las circunstancias".
Al respecto, subrayó que "las circunstancias no se llaman Manuel Fraga Iribarne, sino Galicia y Casa Real, que es quien hace la ofrenda" y añadió que, "a partir de ahí, cualquier miembro del Gobierno es muy libre de estar y dueño de sus actos y de sus decisiones". "Yo no voy a hacer interpretaciones ni lecturas, no tiene excesivo sentido", declaró, tras lo que concluyó: "por lo menos por mi parte, ninguno".