SANTIAGO DE COMPOSTELA, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Fundación Galiza Sempre y ex portavoz nacional del BNG, Xosé Manuel Beiras, alertó hoy sobre la posibilidad de que el futuro Estatuto gallego sufra un "segundo escamoteo" como ya sufrió entre 1977 y 1981 y apostó por el término nación para que Galicia pueda aspirar a la "soberanía política".
Durante su intervención en la Comisión para a Reforma do Estatuto, Beiras mostró sus temores respecto a que se "cuarten" los derechos políticos de Galicia por "supuestas razones de Estado". Por ello, instó a las distintas formaciones políticas que aprueben el futuro Estatuto en base a las "necesidades de los ciudadanos" y no como el "considerado posible a priori".
Además, les pidió que no estén "cuartados" por "obediencias partidarias o supuestas razones de Estado" ya que consideró que eso supone no prejuzgar su encaje en la "literalidad de la norma vigente" y aclaró que ese cometido le corresponde a las Cortes a posteriori.
"A veces me pregunto si vamos a sufrir el segundo escamoteo en 25 años en el proceso constitucional respecto al instrumento necesario para que Galicia resuelva sus problemas", agregó. Así, puntualizó que, independientemente de cómo se le llame a Galicia, "nación o farrapo de gaitas", dijo, no se puede "cuartar" el autogobierno de la comunidad porque "colisionaría" con las "necesidades, derechos e intereses" de los gallegos.
En este sentido, subrayó que "jurídicamente y políticamente" no es lo mismo la denominación que se le dé a Galicia en el futuro texto estatutario porque precisó que no es una cuestión de lenguaje sino de "metalenguaje" con "consecuencias políticas". Por ello, se decantó por nación porque supone que Galicia es un "sujeto titular de derechos políticos, como el de la de soberanía política".
"Una región no puede y una nación, por su naturaleza, sí puede se sujeto político, y por eso no quieren aceptar que se seamos nación para que no podamos ser sujetos políticos a nivel del Estado", añadió. De esta forma, destacó que un estado plurinacional "sólo" se puede construir en base a la pluralidad de sus "sujetos y soberanías políticas" y citó como ejemplos los casos de la Confederación Helvética, la República Alemana o el Estado Federal Belga.
"Yo llevo 40 años explicando esto y el balance es negativo. Estar siempre con lo mismo da la impresión a uno de que perdió el tiempo", indicó al aclarar que nunca modificó sus ideas o actuaciones políticas como "sí le ocurrió a Mariano Rajoy", indicó al recordar que el actual líder del PP dijo estar dispuesto a aceptar la independencia de Euskadi si sus ciudadanos lo aprobaban en referéndum.
Beiras recordó que Galicia "lleva casi dos siglos" siendo considerada una nación y reivindicó el papel de los galleguistas en el primer tercio del siglo XX y la vigencia del Estatuto del 36. En este sentido, señaló que la Asociación de Naciones ya reconoció a Galicia como una nación en 1933 y puntualizó que el texto del 36 reconocía a Galicia como un "estado libre dentro de la República Española".
Asimismo, precisó que el himno, aprobado por todos los grupos parlamentarios, ya recoge el término 'nación', "aunque hay algunos que ahora se arrepienten de haberlo votado o dicen que Breogán es irlandés", ironizó. Además, apostó por un Estatuto que vertebre el espacio local y municipal, articule un poder judicial "análogo" al legislativo y ejecutivo, recoja un modelo tributario autonómico y propio y obligue al uso del gallego en todos los ámbitos de la Administración gallega.
"FEDERALISMO PLURINACIONAL"
Por su parte, el presidente de la Fundación Iniciativas 21 --próxima al PSdeG--, Ramón Máiz, de decantó por un "federalismo plurinacional" y por definir a Galicia como "nación" dentro de una "nación de naciones" que es España. "Galicia reúne todas las condiciones para ser una nación", indicó aunque precisó que este término no implica "autodeterminación".
De esta forma, defendió un "gobierno compartido" con el Estado y un "pluralismo de convivencia" con el "resto de naciones" de España porque son "entes plurales con diversidades culturales y lingüísticas". Además, apostó porque el texto estatutario "refuerce" el deber de "conocimiento y mantenimiento" del patrimonio lingüístico, pero "sin discriminaciones".
Máiz reclamó que el futuro texto recoja una Xunta Xeral de Galicia que integre a la antigua 'Deputación xeral de Galicia en Madrid" y se cree otra en la UE. Además, abogó por recuperar las alusiones al antiguo Reino de Galicia y su marcha y precisó que en el Estatuto de Valencia de habla de Reino de Valencia.
También el presidente de la Fundación Alfredo Brañas --vinculada al PPdeG--, Francisco Puy Muñoz, apostó por recuperar las antiguas simbologías del Reino de Galicia. Sobre el término de la comunidad, indicó que nacionalidad histórica concuerda con la Constitución y está aceptada por los ciudadanos.
"CAMADAS DE RANCHOS"
Por ello, justificó que se debe mantener esta determinación y precisó que nación provocaría un "disenso mayor" al que provocó en 1980 el término nacionalidad histórica. "No es una proyección virtual y lo demuestran las encuestas y quedó reflejado en la votación del Estatut", agregó al tiempo que precisó que nación se utiliza para denominar a "camadas de ranchos de animales".
Además, se decantó por región y pueblo para definir a Galicia y rechazó el término nación, aunque apostó por nacionalidad por ser el término que recoge la Constitución. También, defendió el "bilingüismo gallego-castellano" y recordó que Galicia fue históricamente bilingüe; primero con el latín y lenguas prerromanas, después con el latín y el suevo, el latín y el godo, el latín y el gallego y, a partir del siglo XIV, el gallego y el castellano. "Nada fomentará más el castellano como su prohibición y nada castigará más al gallego como su obligatoriedad", aclaró.
Además, abogó por mantener el actual artículo del Estatuto sobre las lenguas oficiales y apostó por suprimir que el conocimiento de la lengua gallega en la justicia sea un "mérito preferente", como aparece en el actual texto estatutario.
Con esta intervención dio por finalizada la fase de comparecencias en la comisión en una jornada que además, registró un récord horario; más de seis horas. El próximo lunes comenzará el trabajo de la Ponencia.