La Fiscalía mantiene la petición de 11 años de cárcel para los procesados por tráfico de personas en la operación 'Mami'

Actualizado: miércoles, 23 septiembre 2009 16:55

PONTEVEDRA, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía mantuvo hoy las acusaciones de tráfico de personas, prostitución y cohecho contra ocho personas juzgadas en la Audiencia Provincial de Pontevedra y detenidas en la operación 'Mami', desarrollada en 2005. Para los que considera los tres principales implicados, pidió penas de hasta 11 años de cárcel.

Se trata de Arsenio J. Marcelino G. y Amandio D. quienes constituyeron una sociedad para, supuestamente, gestión de los clubes de alterne 'Tris Tras', en Pontevedra, y 'Lewinski', A Coruña. El juicio quedó visto para sentencia.

También están siendo procesados en relación con el caso el taxista que trasladaba a las chicas del aeropuerto al local y dos mujeres y un camarero que presuntamente controlaban que el trabajo se realizaba según unas determinadas reglas. Por su parte, un subinspector de trabajo en Vigo está acusado de cohecho por ayudar en la tramitación administrativa para regularizar la situación de las mujeres, mayoritariamente procedentes de Uruguay y Brasil.

En la segunda y última sesión del juicio, celebrada hoy, declaró una testigo protegida, que fue quien alertó a la Guardia Civil. Su testimonio llevó al cuerpo a realizar una redada en el 'Tris Tras', que concluyó con las detenciones de los acusados.

"NO VENÍAN ENGAÑADAS"

La sala conoció también la declaración de una joven que alternó en el local, y dio cuenta del férreo control que los acusados mantenían sobre las chicas que, dijo, eran captadas en sus respectivos y trasladadas a estos locales en España. Aseguró que las mujeres no venían engañadas y sabían que ejercerían la prostitución.

"Sabían que venían a prostituirse, pero no en qué condiciones porque las normas cambian", dijo esta joven en su declaración, que fue leída en sala debido a que no pudo ser citada a declarar en este juicio, porque se encuentra en paradero desconocido.

En su relato discrepó con otras mujeres que aseguraron que siempre fueron muy bien tratadas, hasta el punto de que a uno de los acusados llegaron a hacerle una fiesta en la que le entregaron una placa "en agradecimiento".