PONTEVEDRA, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
Agentes de la Guardia Civil han desvelado este miércoles en sede judicial que hallaron ropa manchada con sangre de la víctima en los registros practicados en las casas de Albertina T. y de Rocío G., acusadas del asesinato a golpes de Secundino Prego.
En la tercera jornada del juicio que se está celebrando en la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra por el denominado crimen de Chancelas, en Poio (Pontevedra), los agentes del Instituto Armado han explicado que la hipótesis del robo fue descartada por las "incoherencias" que pusieron de manifiesto las acusadas en sus respectivas declaraciones.
Además, han llamado la atención sobre la "extraña" actitud de Albertina durante el funeral de Secundino, ya que reveló detalles de la muerte del anciano que no tendría que conocer porque "en ningún momento" los investigadores le permitieron acceder al cuerpo ni le contaron lo que había sucedido.
Los agentes también han señalado otras contradicciones en el relato de las acusadas, como la hora de la llamada al 112, y tampoco el escenario del crimen encajaba, según su criterio, con el de un robo con violencia. Y es que la única huella que había en la puerta forzada era de Rocío y, durante el registro de la vivienda, se encontró dentro de una bolsa de basura la 'thermomix' que Albertina afirmaba que se habían llevado los ladrones.
Adicionalmente, han recordado que Rocío confesó que había matado a Secundino con numerosos golpes "bastante fuertes" con su propio bastón --que se rompió en varios pedazos--, con una loseta de terraza, una piedra de granito y hasta una cazuela.
"Había que clavarle algo porque seguía con vida y quejándose", ha dicho a la Guardia Civil, según el testimonio de estos agentes. De hecho, han referido que se encontraba "fuera de la realidad, como si estuviese colocada", mientras que Albertina mantenía una actitud "normal" e incluso "se reía a veces" mientras era atendida por el supuesto atraco.
