La industria alimentaria gallega debe ganar tamaño y apostar por la innovación para afrontar retos, según un estudio

A CORUÑA, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -

La industria alimentaria gallega debe apostar por la innovación y por ganar en tamaño y dimensión si quiere afrontar los nuevos retos del mercado, según la conclusión de un estudio de la Fundación Barrié de la Maza realizado por Francisco Sineiro, Fernando González Laxe y Jorge Santiso Blanco. El trabajo destaca la posición de liderazgo de la industria de la pesca frente a la "débil" posición de lácteas y cárnicas.

Así, el estudio señala la posición "marginal" de las empresas lácteas en el mercado español y el predominio en las cárnicas de las actividades de sacrificio del ganado con una baja producción de elaborados. En la industria del vino, cita su "dinamismo" en las dos últimas décadas, aunque con un bajo volumen de negocio. El resto de las ramas las sitúa orientadas casi en exclusiva a abastecer la demanda regional.

En rueda de prensa, el profesor titular de Economía Agraria de la Universidade de Santiago de Compostela, Francisco Sineiro, aseguró que la "cooperación" debe ser una modelo a seguir por la industria alimentaria gallega si quiere responder a la demanda "de un mercado abierto y cada vez más globalizado".

El estudio analiza la industria alimentaria gallega en las tres últimas décadas y su situación actual, que compara con la de España y también con la Bretaña francesa, por sus características similares a la gallega.

Sineiro aseguró que la industria alimentaria gallega ha cambiado en las tres últimas décadas "y aún va a cambiar más", pero insistió en que si quiere afrontar los retos que implica la globalización debe apostar "por la innovación, ofreciendo productos nuevos bien sea a través de la salud, la fácil preparación o los envases, y por el marketing, convenciendo a los consumidores".

SECTOR LÁCTEO

Sobre las deficiencias que presenta Galicia, lamentó que hasta ahora la industria agrícola y la pesquera hayan estado "en gran parte separadas" y aludió a las carencias de sectores como el lácteo, entre otras cuestiones por la falta de capital propio.

Así, recordó que Galicia aporta algo más del 35 por ciento de la leche que se produce en España "pero una cuarta parte se industrializa fuera" y añadió que el resto de la producción que queda en esta autonomía se dedica a la elaboración de productos de bajo valor añadido.

En este sector, Sineiro reclamó un "enfoque más activo" por parte de la Administración. Además, consideró "muy importante" la puesta en marcha de iniciativas como un Centro Tecnológico Agroalimentario. En su opinión, el sector agrícola podría contar con servicios de innovación como los que tiene ya el sector pesquero.

MEDIDAS DEL EJECUTIVO GALLEGO

En cuanto a las políticas que debe impulsar el Gobierno gallego, citó como "recetas" para contribuir al desarrollo de la industria alimentaria favorecer la inversión y la modernización de las empresas, generar servicios de especialización y fomentar la cooperación y los acuerdos entre las empresas de pequeño y mediano tamaño para que adquieran una cierta "dimensión".

Al respecto, señaló que si la industria alimentaria gallega se hubiese desarrollado al mismo nivel que la de España, "en vez de 30.000 ocupados tendría 80.000 y en vez de 900 millones de euros de valor generado, tendría 2.500 millones".

Por su parte, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de A Coruña, Fernando González Laxe, explicó que el estudio constata también la necesidad de atender a un consumidor "cada vez más exigente" y de dar respuesta a los cambios alimentarios "que se modifican en función de los hábitos de vida". Por ello, indicó que la diferenciación de su producto debe ser una apuesta de la industria alimentaria gallega.

En sus conclusiones, el estudio aboga también por que potencie la localización de su proximidad a las materias primas, mejore la comercialización y el desarrollo de marcas de calidad ligadas al origen e imagen de Galicia. Por su parte, el director del Instituto de Estudios Económicos Barrié de la Maza, Guillermo de la Dehesa, incidió en que el "mayor poder" que las distribuidoras ejercen sobre la industria obligan a esta a una "creciente concentración" si quiere mantener los márgenes de beneficio.