PONTEVEDRA 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
La junta gestora de la Manconunidad de O Rapadiño, el vertedero controlado que utilizaron Pontevedra y Sanxenxo hasta 1997, celebró hoy una reunión para iniciar el camino de retorno hacia su disolución.
Hubo algunos roces durante la sesión, y el alcalde de Pontevedra, Miguel Fernández Lores, tuvo que pedir disculpas a los restantes componentes de la gestora, porque, aunque los estatutos obligan a celebrar al menos una reunión cada año, la gestora no fue convocada desde julio de 2003.
Hoy la mancomunidad aprobó inicialmente un presupuesto de 136.000 euros para el presente ejercicio con fondos procedentes de remanentes y con los 36.000 euros, correspondientes a la déuda pendiente de cobrar a Redondela desde julio de 1996.
Al mismo tiempo se encargó un estudio para valorar el coste del control y mantenimiento del sellado de O Rapadiño, donde se despositaron unas 400.000 toneladas de basuras, y que se recuperó, como una monte más de todo ese entorno, con una inversión que superó los 450 millones de las antiguas pesetas (2,75 millones de euros).
El proyecto de sellado incluye un mantenimiento durante diez años para controlar salida de gases, salida de lixiviados y limpieza de las canalizaciones instaladas, según comentaron los alcaldes de Pontevedra Fernández Lores y Sanxenxo, Telmo Martín.
Los dos alcaldes confían en disponer con los 100.000 euros del remanente para hacer frente a este mantenimiento, pero si fueran necesarios más recursos se aportaría siguiendo el porcentaje del 80% Pontevedra, y el 20% Sanxenxo.
Cuando concluya el plazo de exposición pública del presupuesto, en el mes de marzo o abril, se volverá a reunir la gestora de la mancomunidad, para aprobar su disolución.