Al menos cuatro gallegos fueron víctimas de una red de estafadores brasileños que se hacían pasar por videntes

Actualizado: martes, 16 octubre 2007 20:22

A CORUÑA, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Policía Nacional detuvo en Palma de Mallorca a ocho integrantes de una organización brasileña de estafadores que se hacían pasar por videntes y habían actuado en varias ciudades españolas, entre ellas en A Coruña, donde al menos hay cuatro víctimas de este timo que las autoridades policiales estiman que llegó a recaudar sobre 100.000 euros en toda España.

En el momento de la detención, los miembros de la organización iban acompañados de tres niños de uno, dos y cuatro años de edad, los cuales quedaron a cargo de los servicios de protección de menores.

Todos los detenidos pertenecen a un grupo organizado de estafadores de nacionalidad brasileña, que ha actuado en diversas zonas de la geografía española como A Coruña, Zaragoza y Córdoba y probablemente en otras aún por determinar.

El arresto de los ocho timadores permitió también la recuperación de gran cantidad de joyas, dinero en efectivo por importe de 78.000 euros, una furgoneta y numerosos objetos relacionados con la santería, según informó la Policía.

MODUS OPERANDI.

Según consta en las denuncias presentadas entre finales de mayo y agosto, las víctimas entregaban todo el dinero que podían conseguir (entre 1.000 y 4.000 euros) además de joyas valoradas entre 5.000 y 18.000 euros a los supuestos videntes, que se quedaban con todo ello para "hacer fuerza espiritual" durante unos días. No obstante, cuando las víctimas regresaban a por el dinero y las joyas, en el domicilio ya no había nadie.

La Policía Nacional informó además de que los arrestados constituyen un grupo "perfectamente estructurado". Su modo de actuar consistía en alojarse en un hotel para conocer la ciudad y poder alquilar su piso en una zona situada céntricamente y bien comunicada.

Después llevaban a cabo una "campaña masiva de publicidad" en la que daban a conocer sus servicios a posibles víctimas con problemas personales de diferente índole, al hacerse pasar un miembro de la organización, normalmente mujer, por videntes o curanderos.

Así, para conseguir timar a los interesados, la supuesta vidente les explicaba que habían sido maldecidos con un mal de ojo y que, para librarse, deberían depositar una cantidad de dinero "para su purificación". La Policía señaló que varios de los estafados llegaron incluso a pedir créditos bancarios para pagar a los estafadores.