Una pareja denuncia que sus vecinos les hacen "la vida imposible" desde hace 4 años con dos radios a todo volumen

Europa Press Galicia
Actualizado: martes, 20 junio 2006 19:32

Encienden los aparatos a las diez de la mañana y los dejan funcionando hasta las diez de la noche

PANTÓN (LUGO), 20 (EUROPA PRESS)

Una pareja que reside en la aldea de Tanquián, en el municipio lucense de Pantón, denunciaron que sus vecinos les hacen "la vida imposible" desde hace cuatro años al colocar dos radios "a todo volumen" desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche de forma interrumpida.

Emmely Fohring y su marido Paul Baker, alemán ella e inglés él, viven desde hace casi 15 años en la aldea lucense de Tanquián, a donde llegaron para dedicarse a la agricultura ecológica. Ambos compraron la mitad de una casa rural al padre de la que ahora es su vecina, a la que acusan de intentar que abandonen el inmueble a base de acabarles "con los nervios", explicó la mujer a Europa Press Televisión.

Al principio, los vecinos de al lado sólo iban en vacaciones, pero después empezaron a ir con más asiduidad hasta que decidieron dejar Suiza e instalarse definitivamente en la otra mitad de la vivienda. Según Emmely Fohring, los problemas comenzaron al poco de llegar. "Pronto nos dimos cuenta de que nos trataban como si pensaran que nosotros les hubiéramos robado la herencia y quisieran castigarnos por ello", relató esta alemana afincada en Galicia.

Desde el principio hubo problemas con lindes, con el suministro de agua, incluso llegó a haber agresiones. "El vecino le ha roto el brazo a mi marido; y el hijo de ellos, que tiene 30 años, se tiró encima del coche de mi marido fingiendo un accidente", cuenta Emmely, quien confesó que tanto en un caso como en el otro los tribunales acabaron dándole la razón a Emmely y a su marido Paul.

"TORTURA"

Después de estos problemas, hace cuatro años sus vecinos conectaron un aparato de radio en la parte trasera de la casa, pegado a la pared que da a su balcón y, después, colocaron otra radio más en la parte delantera, con el altavoz colocado hacia el patio.

"Ahora, con la radio han encontrado algo que nos molesta y afecta a nuestra vida diaria; a mí me parece una tortura", dijo Emmely, quien tiene claro que con esta última estrategia "lo que buscan es echarnos de esta casa o que se la regalemos para que sea todo suyo". "Pero no voy a dejarles porque tenemos 15 años de trabajo y no lo vamos a dejar por culpa de una radio", aseguró.

A pesar de todo, a Emmely le gustaría poder llegar un día a un tipo de acuerdo que acabe con esta situación "insostenible". "Me gustaría entrar en algún tipo de diálogo con ellos para acabar con todos estos problemas y empezar a vivir como personas normales y educadas. Me gustaría vivir con ellos en paz", razonó.

Por su parte, el otro matrimonio, de origen italiano él, mientras que la esposa es hija del que en su día vendió parte de la casa a Emmely y Paul, evitaron hacer declaraciones a micrófono abierto, aunque comentaron a Europa Press Televisión que la música no molesta a nadie y que les hace mucha compañía. Así, defendieron que no cometen "ninguna ilegalidad".

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