VIGO, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP) y la Cámara de Comercio de Vigo manifestaron hoy públicamente su rechazo a una posible fusión entre Caixanova y Caixa Galicia y justificaron su postura con un informe que dice que la citada fusión "no aporta nada" en términos de solvencia o eficiencia, y que, sin embargo, supondría "la pérdida de red, de empleo y de capacidad crediticia"; al tiempo que aboga por acudir al SIP y mantener la "galleguidad".
Así lo afirmaron hoy, en rueda de prensa, los máximos responsables de las dos instituciones, José Manuel Fernández Alvariño (CEP) y José García Costas --Cámara de Comercio--, quienes explicaron que el informe, que defiende la existencia de las dos cajas de forma independiente, fue elaborado por una consultora externa que "tiene vinculación con el contexto de cajas" y de la que no desvelaron su nombre, y también ha contado con el trabajo de técnicos propios y que ha utilizado los datos de las memorias de ambas entidades --es decir, con información de 2008--.
En todo caso, Fernández Alvariño incidió en que el informe nace "capado", puesto que todavía no se conocen los del Banco de España y la Xunta.
El documento, encargado a raíz del debate abierto sobre el futuro de las dos cajas gallegas, advierte de que una posible fusión entre ambas entidades daría lugar a que la nueva caja debería restringir inicialmente el volumen de crédito concedido como mínimo entre 1.800 y 2.000 millones de euros, y esto supondría un "endurecimiento de las condiciones para la concesión de nuevos créditos".
El volumen crediticio de Caixa Galicia --según refleja el informe con datos de la última memoria-- es de 36.165 millones de euros y el de Caixanova de 17.647 millones de euros.
OFICINAS Y PERSONAL
Otro de los aspectos a tener en cuenta en el caso de una fusión es la consecuencia de una red de sucursales "redundante", en un total estimado entre 285 y 300 oficinas de ambas cajas --según los datos estudiados, en 2008 Caixa Galicia tenía 891 oficinas, de ellas 464 en Galicia, y Caixanova 585, 415 en Galicia; aunque hay que tener en cuenta que en 2009 ambas iniciaron un proceso de reducción de oficinas--.
También habría exceso de personal y, según calcula el estudio, se perderían hasta 1.800 empleos directos --las plantillas ascienden a aproximadamente 5.378 empleados en Caixa Galicia y 3.270 en Caixanova--.
Además, los representantes de la CEP y la Cámara destacaron que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) deberá ser aprobado no sólo por el Banco de España, sino por la Comisión europea. En este sentido, plantearon un "interrogante" ante la posibilidad de que Bruselas considerara que la fusión viola algún aspecto de la ley de la competencia.
Otra de las consecuencias por las que justificaron el rechazo a la fusión de cajas gallegas es que el proceso podría ocupar entre "4 y 6 años de la actividad de las cajas", en los que desviarían a esta tarea sus mejores recursos y quedaría descartada la alternativa de continuar con su crecimiento orgánico interno. Además, la fusión daría lugar a una "importante" reducción en obra social.
SIP "REVERSIBLE"
Los representantes del sector empresarial destacaron que ambas cajas "ya hicieron los deberes" en su día --puesto que son resultado de anteriores fusiones-- y actualmente están "bien gestionadas, nada politizadas y con ratios de solvencia", por lo que Fernández Alvariño aseguró "seguir sin entender el debate que se ha abierto en Galicia" sobre una posible fusión.
En este sentido, García Costas consideró que la citada fusión es "la peor de las soluciones en un escenario con varias alternativas" ya que, además de no "aportar nada", haría a las cajas más "pobres" y "vulnerables".
Por ello, consideraron beneficiosa para el tejido productivo de Galicia la existencia de dos cajas independientes, aunque apoyando la apertura al exterior "manteniendo los centros de decisión en Galicia", algo que calificaron como condición "sine qua non". Para ello, apostaron por la constitución de Sistemas de Protección Institucional (SIP)" con la "reversibilidad" como requisito indispensable.
Asimismo, recordaron que todos estos procesos deberán ser aprobados por el Banco de España, pero "liderados por los gobiernos autonómicos", y consideraron que deberá ser "prioritaria" la propuesta que "permita garantizar la viabilidad de las cajas" y siempre manteniendo su "galleguidad".
CONVENCIDO DE QUE NO HABRÁ FUSIÓN
El presidente de la Cámara de Comercio de Vigo, quien se mostró "convencido de que no va a haber fusión", recordó que cualquier decisión que se tome sobre el futuro de las dos cajas gallegas tendrá que estar apoyada por los "órganos de gobierno" de ambas entidades. En este sentido, afirmó que en la última asamblea de Caixanova quedó "clarísima la decisión de no a la fusión y seguir buscando otras alternativas".
García Costas afirmó que la Xunta deberá pronunciarse posteriormente a los órganos de gobierno de las dos entidades. "Si la decisión afecta a la pérdida de galleguidad de cualquiera de las dos instituciones, yo estoy convencido de que el presidente (del Gobierno gallego) la va a vetar", añadió, para precisar que "anticipar una decisión de la Xunta estaría fuera de lugar".
Finalmente, los representantes empresariales explicaron que el informe presentado hoy ya fue remitido ayer al presidente de la Xunta y manifestaron desconocer si la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) elaborará un documento para fijar su posicionamiento.