El presunto asesino de Sara Alonso se declara inocente y augura que "tarde o temprano se hará justicia"

El proceso contra él quedó hoy visto para sentencia después de seis días de juicio

Europa Press Galicia
Actualizado: viernes, 19 mayo 2006 19:27

VIGO, 19 May. (EUROPA PRESS) -

El presunto asesino y único acusado por la violación y muerte en 2004 de la joven Sara Alonso, Marcos Antonio da Silva Santos, se declaró hoy inocente ante el tribunal de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial en Vigo, que juzga el caso, y auguró que "tarde o temprano se hará justicia".

Da Silva, que habló hoy por primera vez desde que comenzó el juicio haciendo uso de su "derecho a la última palabra", proclamó su inocencia, al tiempo que manifestó su "confianza" en la justicia y agradeció el trabajo del letrado de la defensa, ante quien se disculpó por haber renegado de él cuando empezó el juicio y no reconocerle como su abogado.

En la sesión de hoy, la última del proceso, en la que las partes presentaron sus conclusiones, la Fiscalía mantuvo los cargos contra Marcos da Silva, para el que pide 30 años de prisión por un delito de agresión sexual (violación) y otro de asesinato con el agravante de alevosía. Además, la acusación pública pide también una indemnización de 60.000 euros para la madre de Sara Alonso por daños morales.

La fiscal sostuvo que hay "indicios suficientes" para mantener estos cargos, y considera probado que el acusado violó a Sara, la golpeó primero en la boca y luego en el cráneo contra el suelo; a continuación, según el relato de la fiscal, Da Silva ató a la chica y la escondió debajo de una cama.

FRIALDAD Y SERENIDAD

La portavoz del Ministerio Fiscal destacó la "frialdad de ánimo" del brasileño al actuar con "absoluto desprecio" por la vida de la joven, matándola y limpiando luego los restos de sangre y otros fluidos que pudieran incriminarle.

Asimismo, también señaló el hecho de que Marcos da Silva hubiese escondido el cuerpo en su propia casa, envuelto en una colcha, y debajo de la cama del dormitorio de los invitados, donde permaneció casi 24 horas, hasta que lo llevó en un coche prestado a una finca en la zona de Cabo Estay en Vigo. En esas horas previas al traslado del cadáver, la fiscal insiste en la "serenidad" que mantuvo el acusado ante su mujer o sus conocidos.

Por otra parte, la Fiscalía incidió en la falta de credibilidad del imputado, que incurrió en varias contradicciones cuando declaró sobre los hechos, así como la importancia de las pruebas periciales, como los restos de sangre en la casa del acusado y en el coche que le prestaron, el semen del acusado en el tanga de la chica y los informes de los médicos forenses.

MAQUINACIÓN

Por su parte, el abogado de la acusación particular también mantuvo su petición de 46 años de prisión, por los delitos de violación, asesinato y detención ilegal, y la indemnización de 240.000 euros para la madre de la víctima, y consideró probado que Marcos da Silva violó y asesinó, golpeando y asfixiando, a Sara Alonso.

El letrado considera que el acusado tuvo el "ánimo de mantener relaciones sexuales" con la chica desde el momento en que supo que iba a estar con ella esa noche del 18 de septiembre. En ese sentido, la acusación particular entiende que hubo "cierta maquinación" en el proceder de Marcos da Silva.

Al igual que la fiscal, el abogado de la acusación insistió en el "sinfín de contradicciones" del imputado, así como en la "inconsistencia y falsedad de su coartada". Así, Da Silva contó, según este letrado, "ciertas cosas a medias para confundir".

LIBRE ABSOLUCIÓN

La defensa basó su argumentación, para pedir la absolución de Marcos da Silva, en la falta de pruebas irrefutables sobre las circunstancias en que se produjo la muerte de Sara Alonso, así como en las versiones contradictorias que ofrecieron algunos testigos sobre lo ocurrido en la noche en que desapareció la chica, o sobre la presunta relación sentimental que ésta mantenía con su jefe.

Según el abogado defensor, no se ha probado que hubiera violación, ni que el golpe que la chica recibió en la boca fuese anterior a la muerte, o que no hubiese relaciones sexuales consentidas. Así, recordó que no se encontró ningún arma, no hay un móvil claro y el acusado nunca reconoció ni la agresión ni el asesinato.

Por otra parte, denunció que se habían producido irregularidades en la instrucción y que no se tuvieron en cuenta algunas pruebas, como la sangre de otra persona distinta a Marcos y Sara, que apareció en un interruptor del edificio donde vivía éste, o en el carrito de la compra que había en su casa.

La defensa sostiene que las pruebas corroboran la versión de Da Silva, quien dijo que invitó a Sara Alonso a su casa porque había sido golpeada por su jefe y tenía que limpiarse la sangre de la nariz. A continuación, el acusado aseguró que regresó al pub donde había estado antes y, de vuelta a su domicilio, se encontró a la chica muerta, la ocultó y la trasladó a Cabo Estay al día siguiente, sin decir nada a nadie "por miedo".

El abogado de Marcos da Silva sostiene que el verdadero asesino de la joven siguió a Sara y al brasileño hasta el piso de éste, esperando la oportunidad en que ella se quedara sola para actuar, y escapándose después con la ropa de la chica, excepto unos calcetines que aparecieron posteriormente en el domicilio. Atendiendo a estas consideraciones, el letrado solicitó al tribunal la absolución de su defendido.

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