Los psicólogos gallegos detectan un aumento de casos de trastornos afectivos y emocionales a consecuencia de la crisis

Actualizado: domingo, 29 marzo 2009 14:46

Trabajadores que pierden su empleo y mandos intermedios de empresas son los colectivos más afectados

VIGO, 29 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los psicólogos de Galicia están detectando en sus consultas un aumento del número de personas que acuden con trastornos de tipo afectivo y emocional originados a consecuencia de la crisis, aunque también se están dando casos de "empeoramiento" de personas que, ya antes de la actual coyuntura económica, presentaban algún tipo de estos problemas y que ahora se ven agravados.

Según explicó en declaraciones a Europa Press el miembro de la directiva de la sección de Clínica del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia, Manuel Castro, desde la pasada Navidad se está notando una mayor incidencia de estos problemas en los nuevos casos que tratan los profesionales. Además, la situación se percibe "de una forma más clara" en los dos últimos meses.

Castro ha detectado un incremento de los trastornos que implican síntomas afectivos, como la depresión; los cuadros de características emocionales, como la ansiedad, e incluso también constata más casos donde se combinan las dos variables: los ansioso-depresivos. Los trastornos adaptativos, de menor duración en el tiempo o con menor cantidad de síntomas que en los anteriores, también están aflorando en mayor número, casi siempre acompañados de episodios de insomnio.

Este psicólogo explicó que quienes más están padeciendo estos males son las personas que tienen "problemas de afrontamiento de gasto", como pueden ser los que han perdido su trabajo y tienen una hipoteca pendiente o los que no llegan a fin de mes.

Otros casos son los protagonizados por aquellos que tenían previsto un cambio de planes en su vida y, también por motivos económicos o de empleo, se ven privados de cumplir sus aspiraciones: los que estaban a punto de emanciparse o iban a comenzar a vivir con su pareja, por ejemplo.

Por su parte, los sindicatos también han asegurado haber detectado casos de empresas con Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) donde se ha llegado a presentar alguna baja por depresión. Debido al efecto anímico de este tipo de medidas sobre las plantillas, abogan por que los expedientes temporales que se acuerden entre las partes y afecten a parte del personal sean "rotatorios", de forma que la inactividad se reparta entre la totalidad de los trabajadores y no sean siempre los mismos quienes salen perjudicados.

TOMA DE DECISIONES

Pero la destrucción de empleo no sólo puede deteriorar psicológicamente a quien pierde el trabajo, sino también al que se encarga de tomar la decisión. En este sentido, existen casos de mandos intermedios de empresas quienes, debido a las dificultades que están atravesando las compañías y que les llevan a recortar su plantilla, "se convierten en una especie de jueces para ver quién sigue y quién no", apuntó Castro.

A diferencia de los altos directivos --que no suelen tener un trato tan cercano con el personal-- para estos puestos intermedios "cada nombre es una cara", explicó el psicólogo, quien recordó que esas decisiones "están cargadas de un peso emocional importante".

Otros problemas que pueden sobrevenir en este tipo de situaciones de crisis son aquellos que se producen como resultado de conflictos del pasado que una persona tiene sin resolver. De esta forma, mientras que en una época de bonanza esas preocupaciones quedaban "tapadas cómodamente", pueden reaparecer en tiempos complicados.

Además de las alteraciones que se producen en el carácter y ánimo de la propia persona, no se debe olvidar que el individuo también puede llegar a causar alteraciones en su entorno, especialmente en su familia, donde suelen surgir conflictos, agresiones verbales e incluso, aunque con menor frecuencia, agresiones físicas.

ANSIOLÍTICOS

Por su parte, las farmacias gallegas también han detectado un aumento del consumo de ansiolíticos con motivo de la crisis, lo que también sirve para constatar el aumento de casos. En provincias como la de A Coruña y Pontevedra se están llevando a cabo campañas para fomentar el consumo responsable y el seguimiento a este tipo de pacientes, debido a que hay gente que decide automedicarse.

Según los Colegios Oficiales de Farmacéuticos, entre un 30 y un 60 por ciento de los pacientes no toman su medicación para los trastornos del ánimo tal como le fue prescrita. Entre las causas que les llevan a ellos están los efectos adversos, la creencia de que no se necesita medicación o la falta de información.

Además, recuerdan que en la mayoría de los casos sólo se necesita un tratamiento de corta duración, entre una semana y tres meses, y advierten de que el abandono de la medicación --cuando el médico lo indique y no como fruto de una decisión del propio paciente-- deberá ser gradual, para evitar eventuales síndromes de abstinencia.

Sobre los tratamientos, Castro estimó que la farmacología puede ser eficiente para abordar un "elemento de tensión puntual" que surge en la vida de un paciente. Sin embargo, expresó su temor a que la crisis se prolongue en el tiempo y, por tanto, no sea esa "fuente de estrés puntual" que pudiera atajarse recurriendo exclusivamente a los medicamentos. "El consumo de un ansiolítico durante uno, dos o tres meses puede ser un alivio, pero no fortalece los recursos de una persona a la hora de abordar la resolución de un problema", advirtió.

En cuanto a las medidas recomendables para potenciar los citados recursos, citó la conveniencia de facilitar hábitos de regulación del sueño, puesto que una disfunción puede llegar a "cronificarse" si no se actúa sobre ella. También destacó la necesidad de trabajar en el autocontrol emocional, de forma que permita afrontar miedos que pueden llegar a ser "irracionales".

Por su parte, José Luis Fernández Sastre, psiquiatra del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi), coincidió en que las situaciones de crisis pueden provocar estados de ánimo bajo y mayores casos de ansiedad, angustia e insomnio, aunque aseguró que, en el caso de las consultas de su especialidad, el incremento de casos es todavía "incipiente".

En declaraciones a Europa Press, afirmó que la gente "suele intentar primero con sus propias estrategias" y se decide a acudir al psiquiatra "cuando ve que el malestar le impide afrontar la situación". "Cuando sus propias estrategias fracasan, a veces esta circunstancia conlleva a la baja laboral", explicó, al tiempo que destacó que muchas veces son los familiares, al detectar el problema, quienes "tiran" por la persona para que acuda a un profesional.

Asimismo, advirtió de que este tipo de problemas se pueden agudizar y tener otro tipo de "salidas peligrosas" como el alcoholismo y el consumo de sustancias tóxicas e incluso el suicidio, siendo en este caso mucho más frecuentes las tentativas que los hechos consumados.

Según recordó Fernández Sastre, el ritmo de vida actual lleva a la máxima de "cuanto más mejor y lo antes posible" por ello, ante caídas bruscas como la de la actual crisis, "se genera una mayor frustración" que da lugar a estos problemas anímicos.